miércoles, marzo 26, 2008

TODOS LOS PERROS VAN AL CIELO

Mas que todas las putas noticias políticas, ayer me enteré que mi perra tiene un soplo en el corazón, por eso se estaba ahogando en estos días.
De repente sentí la presencia de la muerte. Bah, cualquiera de nosotros puede morirse en cualquier momento, no tenemos conciencia de eso.
Pero la posibilidad de una enfermedad aumenta esta sensación de angustia.
¿Como se debe proceder?
Estar mas tiempo con alguien que se quiere previendo que se puede morir en cualquier momento, no parece la solución.
El budismo habla de la impermanencia, desapegarse de todo, el mundo como una ilusión de la que no tenemos que fiarnos demasiado.
Entrenarnos para la muerte, para cuando llegue.
Pasa que estos bichos, los perros, me ganaron el corazón: son fieles, leales, siempre están preocupándose por uno. Siempre alegres moviendo la cola para recibirnos.
Anoche Pupi se acostó un rato en la cama conmigo. Parecía estar asustada. Perciben todo aunque no hablen.
Mi viejo me contó que la mujer que trabaja en lo de mi abuelo, llevaba el perrito y lo dejaba en la vereda. Y el se quedaba parado en la puerta hasta que la dueña no terminaba de trabajar.
Esas cosas me pueden. Despiertan mi compasión mas que cualquier humano, que es un bicho que tiene mucha más maldad y mediocridad.
Los perros merecen mas que nosotros.

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