domingo, febrero 27, 2011

ALGUNAS CONFUSIONES EN TORNO AL AMOR

El viernes le hice una entrevista al sacerdote Juan Carlos Naviliat, el más lúcido y cultivado de todos los curas que han pasado por Suárez, a mi modesto entender.
Es muy polémico y discutible, pero hasta en sus defectos me cae simpático, tal vez porque se parece mucho a mi.
Como siempre, hizo gala de su erudición en temas culturales y artísticos, pero también se fue jugosamente por las ramas y me dejó dando vueltas algunas ideas.
Hay temas que hace rato tengo ganas de hablar con el sensei o de leer en algún buen libro y son sobre todo, ciertas confusiones en torno a la palabra amor, nada menos.
Juan Carlos dijo, citando a Cristo: olvidate de vos y amá. También recuerdo cierta frase de San Agustín: Ama y haz lo que quieras.
Uno de los temas que me confunden es esta equiparación de la palabra amor, tanto para hablar de un amor universal, amplio, a la vida y otro que habla de las relaciones de pareja.
Ese "amor" primero, en realidad en el Budismo te lo dividen en dos partes: la sabiduría y la compasion. Sabiduría porque uno entiende que todos somos todo y compasión para entender que todos sufren.
En esencia, Cristianismo y Budismo están diciendo lo mismo. Pero me parece importante las distinciones que marca el Budismo.
Después llegaron los 60, los hippies, y todo empezó a ser amor. Todo lo que necesitas es amor. Pero: ¿de que hablamos cuando hablamos de amor?
Y luego está el tema de las relaciones de pareja, el amor de a dos, el "romanticismo". Ahí veo una nociva influencia del Cristianismo en formar familias únicamente entre un hombre y una mujer y que tengan muchos hijos. Incluso en una época decían que el sexo sólo se justificaba para tener hijos. Esa entre tantas pelotudeces que sostuvieron, como que no hay que usar profiláctico, pero por suerte, cada vez las dicen menos.
El Budismo, para variar, te tira la posta: somos seres imperfectos, la ilusión de encontrar la media naranja, una pareja para toda la vida, es eso simplemente: una ilusión. Después de un par de años, se rompe el estado de enamoramiento irreal y se ve la verdad: que siempre uno manda y el otro obedece. Siempre uno entrega y el otro recibe.
Entonces, todo bien con el amor, conociendo sus límites, pero a la mierda con la institución familiar tradicional. Sin duda que hay que encontrarle una vuelta a las relaciones humanas en ese punto. Algo que tenga que ver más con la realidad actual, siempre cambiante, caprichosa, irresponsable.
Hace rato que le doy vueltas a estas ideas y todavía no he encontrado una respuesta muy clara, ni en la teoría, ni en la práctica.

miércoles, febrero 23, 2011

FINAL FELIZ PARA EL PATITO FEO


Y entender tal vez que el desvío no es ni un error ni tampoco un atajo, simplemente es un camino distinto al que me habían enseñado y que voy descubriendo a medida que avanzo en la oscuridad, un poco a tientas, un poco a los porrazos, siempre feliz, casi eufórico diría.
Porque la sangre tira también y de maneras no previstas. Porque siempre me quisieron seleccionar no solo las amistades, sino también los parientes que debía tratar. Así, siempre los mismos primos, todos los putos días de todos los años. Primos que, sin ser malos, no tienen nada que ver conmigo, siempre me sentí el Patito Feo entre ellos y también ellos, delicadamente, me lo hicieron notar.
Y con los años aparecen con las luces de la noche, los otros primos: los budistas, los fiesteros, la diseñadora, el científico, el psicoanalista. Y compartimos pasiones, alegrías y dolores pesuttis, cosas goldas.
Y después resulta que los amigos y las amigas de esos primos son tus amigos y los de los otros primos, los oficiales, eran tus amigos y ahora son casi enemigos.
Y estalla por el aire la noción de normalidad: ¿normalidad con respecto a que?
Y se avecina un simpático, irresistible libertinaje, un puterío curativo y la certeza de que la terapia me llevó al lugar que yo quería, no donde uno debería llegar.

sábado, febrero 19, 2011

PESADILLA EN LO PROFUNDO DE LA NOCHE

Anoche fuimos con mi primita Male y sus amigas a Yamó, una vez más. Pasaron cosas raras, no bien llegamos. En principio, no había nadie. Ni una sola persona. Ya me había extrañado cuando pagamos la entrada que el tipo nos dijo: gracias chicos. Fue como un deja vu. No recuerdo si alguna vez entré a Yamó y no había nadie, pero su imagen congelada en el tiempo, de pequeña boite de los ochenta con bolas de cristales y espejos en todas las paredes, me hizo sentir que estaba en una especie de hechizo en el tiempo. Pasó una hora más bien triste, de decirnos tipo: como nos clavamos. Y sin embargo la música era rock nacional de los ochenta y era perfecta.
Y de repente: el milagro, el sueño, la pesadilla. El lugar comenzó a poblarse en minutos de chicas, solo chicas, montones de ellas, como si vinieran de una fiesta o despedida, decenas de pendejas hermosas,llamativas, gritonas.
Y sentí que esa era una oportunidad que la vida me daba 20 años y 20 kilos después y me vi en los espejos no feo ni viejo pero si gordo y me pregunté porque una flaca debería aceptarme si yo le huyo a las gordas. Y entonces tuve una breve epifanía, satori o como quieran llamarlo y comencé a tomar tragos varios, a bailar, a encarar chicas.
Y después ya no me acuerdo más nada.

martes, febrero 15, 2011

JUEGO SUCIO


La rotura de ligamentos del colombiano Giovanni Moreno viene a ser algo así como la aniquilación de los mejores sueños racinguistas. Pero también es mucho más que eso.
Es el triunfo del bruto sobre el talentoso, con la complicidad del arbitraje-estado, es la exaltación imbécil de ese anatema argentino que dice que hay que poner huevos y pegar duro a lo macho, para ganar. Algo extrañamente tolerado por los árbitros, dirigentes y periodismo deportivo.
Es el gatillo fácil consentido, es la aniquilación del diferente.
Es el mundo neo liberal donde gana el más fuerte, no el mejor.
Podría simplemente hablar aquí de que Racing le debería hacer juicio a quienes rompieron a su estrella, pero es mucho peor que eso. Es la exaltación de la barbarie, de que siempre gana el peor y aguantatela porque es así.
Se parece en algo a la argentinidad y me da ganas de no mirar fútbol ni creer más en nadie.

domingo, febrero 13, 2011

QUE SEA ROCK

Los últimos sábados vi sendos shows de nuevas bandas suarenses. Una con orientación al ska /regaae, con vientos y otra más pop/rock de guitarras. Ambas coincidían en una cosa: la ejecución más o menos prolija, intachable, de clásicos del rock nacional. En algunos casos superando la versión original me atrevería a decir.
Pero si bien todas las bandas comenzaron haciendo covers, incluído Los Beatles, me parece un contrasentido la museificación, la glorificación de ciertos hitos de nuestro rock. Que los chicos de hoy se dediquen a honrar glorias pasadas, extremándose en los detalles, en la ejecución antes que en la improvisación, es algo que no tiene nada que ver con la esencia misma del rock.
Esto no es jazz o clásico, cuando Soda, Los Cadillacs o los Redondos grabaron sus mejores temas, cierta desprolijidad, cierta improvisación era la sal misma de sus composiciones, el numen mismo del sentido del rock. Sin ser punks, acá pesa más la creatividad que la calidad técnica.
Ahi estuvo siempre la mejor virtud y el peor defecto de la cultura rock: el camino del desvío, del error. En ese sentido, ver que las nuevas generaciones se dedican a emprolijar una música imperfecta por definición me parece más un retroceso que un avance.

viernes, febrero 04, 2011

CRÓNICAS PEPPERIANAS






Y primero fueron las fotos. Hay algo con las fotos en estos tiempos. Un aura especial, todo queda documentado por la camarita digital. Casi que el mundo y todas las situaciones parecen una farsa destinada a justificar la foto de rigor. Todos tienen su momento Kodak, todos tienen su pose elegante, cool. Digo que primero fueron las fotos, ver en el Facebook que había un bar distinto en Coronel Suárez. Verlo desde Buenos Aires, cuna mundial de bares distintos. Y sin embargo, la intriga: ¿Qué es Peppers?, ¿Qué onda?


Ensayo nocturno:


Porque un bar nunca es un bar exactamente. Claro, hay diferentes maneras de generar cultura, arte, belleza. Una de ellas, la principal tal vez, es poner un bar. Pero no cualquier bar, un bar con onda, alta onda. Un faro en la noche que irradie poesía, que atraiga a las chicas lindas y asuste a los pacatos. Eso es rock, claro: cultura rock. De esto estábamos hablando. Lea Valea me hablará de lo difícil que fue imponer la música: un bar de rock, sin cumbia ni reggaeton. Cultura musical, sino refinada, vanguardista, clásica: fuera la grasada latina. Y la música bien fuerte, aunque no puedas conversar tranquilo, porque el rock se escucha así: al mango. Las reglas de convivencia están establecidas desde el comienzo. Este es un bar con cultura rockera. Y habrá bebidas para todos los mayores de edad: bebidas fuertes, las mejores marcas de cada una. Caro, pero el mejor. Porque también existe una cultura alcohólica, que meterse en el cuerpo, con que elegir irse de viaje un rato, ahorrarse descomposturas y malas resacas. Entonces la educación, la educación sentimental también. Una barra larga y espaciosa donde sentarse y las chicas que todo lo invaden, que todo lo copan y cuando la noche se comienza a hacer día, levantan las mesas y bailan. Y estarán entonces las mejores chicas, las chicas más modernas, más trendy, más en onda y ellas atraerán a los machos de todas las especies. Y habrá desde luego mucha histeria, muchas más insinuaciones que concreciones. Pero es un vicio, quien no ha ligado alguna vez en algún bar alrededor del mundo, entonces la esperanza cada noche que se vuelvan a abrir las puertas del paraíso. Y vuelve la figura del dandy, del bon vivant, el que paga los tragos e invita a las chicas y los amigos. Y sabrá hundirse en la noche y allí ya no habrá diferencias, todos seremos amigos: ganadores y perdedores, ricos y pobres, lindos y feos. Todos convivirán juntos y armoniosamente, por unas horas, por una noche más.


Personajes:


Y habrá una moza terriblemente fotógenica, modelo retro, con nombre y aires de diva del cine francés de los 60, la Nouvelle Vague suarense. Y habrá luego la brillante confluencia de las tres líneas de la vanguardia suarense: Acción Creativa, Prensa Isidoro y La Tribu. Política y frivolidad, arte y compromiso unidos, todos juntos ahora, por una noche más. Y también habrá muchas chicas muy jóvenes y hermosas, algunas increíblemente parecidas, como si fueran hermanas o primas o tías o sobrinas, amigas íntimas, suelo confundirlas con la noche y los vahos del alcohol. Y está buenísimo confundirse de noche, porque sabemos, allí se permiten muchas cosas que son imposibles en la estrechez del día a día, del trabajo, de la oficina. Allí todos sueltan sus demonios y al carajo. Y también están los que odian Peppers, los que le adjudican características maléficas, satánicas y se refugian en sitios más previsibles, que se parecen a la normalidad, a como son las cosas a plena luz del día. Son gente que le teme a la oscuridad, a la confusión. Y estará nuestra Fashion Emergency Alfonsina, que trae sus cosas desde la gran ciudad y alterna alta vibración entre Suárez y la Capital y rota modelos, formas, historias, consejos. Es una constante educación, un constante desafío, porque nunca sabemos del todo si entendimos, si avanzamos o retrocedimos. Y habrá finalmente un nombre que dice mucho de lo que uno quiere comunicar: Sargent Peppers Bar. Un bar que se llama como un disco, no como cualquier disco, como el más alocado y psicodélico y recordado de los discos de Los Beatles, entonces la nostalgia por algo que no se vivió, cierta sensación de estar siendo parte de la historia, allá entre los 60 y los 70, cuando todo parecía posible: un mundo feliz, un mundo distinto. Entonces compramos esa idea, ese sentimiento más bien, de mundo en plena ebullición, que despierta con las luces nocturnas y se apaga cuando amanece. Y entonces la Banda de Corazones Solitarios del Sargento Peppers y su club o su bar. Porque después de todo, ¿quien no tiene un corazón solitario en el fondo de su corazón? Y habrá muchas historias míticas desde su la fundación de este Bar en junio de 2009 y las contará orgulloso Ati Sanseau y otras muchas que tal vez no se cuentan, pero permanecen guardadas en el imaginario colectivo y se me mezclan las historias locales con una de Lennon, cuando estaba grabando justamente este disco y les hizo firmar por contrato a cada uno de los músicos participantes que tenían que tener puesta una nariz de payaso mientras grababan las canciones del disco. ¿Porque? ¿Por que no? Eran Los Beatles, estaban cambiando el mundo y todo tenía que ser perfecto. Algo de este espíritu sobrevive en este pequeño reducto que vende su ilusión cada noche, en un rincón casi invisible del centro suarense.


Esto no es un final:


No cualquiera pone un bar así: no cualquiera se banca ser un personaje y atraer a todos los otros personajes, hay que ser un poco un samaritano, psicoanalista, de mente amplia. Porque después de las doce las Princesas vuelven a ser Cenicientas y los ganadores a veces muestran sus miserias y cada quien tiene una confesión que hacer después de tomar un poco. Entonces la función psicosocial de un bar, el estadio de contención de las frustraciones y las oscuridades de la vida cotidiana reflejadas cada noche en la barra de tu bar favorito. Es la cofradía, la hermandad de los corazones solitarios. Pero, por suerte, siempre las alegrías y las sorpresas positivas superan a las negativas. Y más allá de si uno tiene efectivo o cuenta corriente, si los chicos se apiadan de los desangelados que no tienen para pagarle un trago y se lo regalan, hay una ley no escrita que dice que cualquier cosa que tiene que ver con Los Beatles es genial, al menos por esta noche. Y la próxima.

martes, febrero 01, 2011

EL COLECCIONISTA

La libertad es una ilusión
y sin embargo, es preciso ser libre
para cometer todos los errores y llegar a tiempo para reparlos.
Lo supe hace un rato, cuando leía unas frases ingeniosas de gente sabia.
Porque creo que es preciso ser feliz hasta aburrirse, para ya no estar atado a nada.
Y luego,
el olvido, el hastío
La interminable sucesión de los días.
Hay que vivir cada día como si no fuéramos a reencarnar.
Tal vez porque no guarda mucho sentido reencarnar si no hacemos lo correcto ya.
Igual, yo ya soy libre porque conocí el infierno y pude zafar.
Ahora elijo cuidadosamente mi víctima.
Vampiro eterno, inmortal, coleccionista de caras bonitas.
Y chicas malas.