Los últimos sábados vi sendos shows de nuevas bandas suarenses. Una con orientación al ska /regaae, con vientos y otra más pop/rock de guitarras. Ambas coincidían en una cosa: la ejecución más o menos prolija, intachable, de clásicos del rock nacional. En algunos casos superando la versión original me atrevería a decir.
Pero si bien todas las bandas comenzaron haciendo covers, incluído Los Beatles, me parece un contrasentido la museificación, la glorificación de ciertos hitos de nuestro rock. Que los chicos de hoy se dediquen a honrar glorias pasadas, extremándose en los detalles, en la ejecución antes que en la improvisación, es algo que no tiene nada que ver con la esencia misma del rock.
Esto no es jazz o clásico, cuando Soda, Los Cadillacs o los Redondos grabaron sus mejores temas, cierta desprolijidad, cierta improvisación era la sal misma de sus composiciones, el numen mismo del sentido del rock. Sin ser punks, acá pesa más la creatividad que la calidad técnica.
Ahi estuvo siempre la mejor virtud y el peor defecto de la cultura rock: el camino del desvío, del error. En ese sentido, ver que las nuevas generaciones se dedican a emprolijar una música imperfecta por definición me parece más un retroceso que un avance.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 15 horas.
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