La rotura de ligamentos del colombiano Giovanni Moreno viene a ser algo así como la aniquilación de los mejores sueños racinguistas. Pero también es mucho más que eso.
Es el triunfo del bruto sobre el talentoso, con la complicidad del arbitraje-estado, es la exaltación imbécil de ese anatema argentino que dice que hay que poner huevos y pegar duro a lo macho, para ganar. Algo extrañamente tolerado por los árbitros, dirigentes y periodismo deportivo.
Es el gatillo fácil consentido, es la aniquilación del diferente.
Es el mundo neo liberal donde gana el más fuerte, no el mejor.
Podría simplemente hablar aquí de que Racing le debería hacer juicio a quienes rompieron a su estrella, pero es mucho peor que eso. Es la exaltación de la barbarie, de que siempre gana el peor y aguantatela porque es así.
Se parece en algo a la argentinidad y me da ganas de no mirar fútbol ni creer más en nadie.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 15 horas.
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