sábado, agosto 29, 2015

SOBRE EL PLACER Y LA LIBERTAD



Llegué tarde pero seguro a ver la aclamada "Mondovino", más de una década después. Pero igual me encantó. Lo mejor que tiene es su liviandad. Filmada con una cámara digital portátil, alrededor del mundo, no se toma en serio a nadie y menos al propio director. Arbitrariedad pura. Como todo documental, pero mejor. Mucho humor, buena música, muchos perros. Y vino, vino alrededor del mundo y todos los que cortan el bacalao diciendo su verdad.
Lo interesante es como se ríe de la lucha entre California por conquistar a Europa y los que resisten y los que se entregan. Y como relaciona todo con la historia y la política, no solo con el poder y la economía.
Pero las risas se acaban cuando el tipo encara para la Argentina. Son solo unos pocos minutos, en Salta, con la Familia Etchart, unos tipejos desagradables que dicen muchos lugares comunes algo grotescos. Luego corte e imágenes de lugares pobres y de un aborigen humilde que tiene una hectárea de viñedos y que no le alcanza para vivir. Duele que eso represente a la Argentina. Pero eso es el documental: la mirada del director. Podría haber elegido el Sur, Mendoza o San Juan. Pero le interesaba contar eso y confirmar sus propios prejuicios. Eso es también un documental. Cero objetividad.
Claro, si en la mayoría de la película se ríe de los yanquis y los europeos que iba a quedar para los pobres sudamericanos. Nadie se salva.
Pero el placer del vino, su negocio y su cultura valen la pena y justifican casi cualquier cosa.
Y sobre todo, la libertad de disfrutar de un hecho artístico aunque no estés en un todo de acuerdo con el.

martes, agosto 25, 2015

CIEN MIL VECES MIRAVENTZEN

Hoy se superaron las cien mil visitas a este blog. Que está abierto desde 2006 con un par de interrupciones donde amagué dejarlo.
Es un aniversario agridulce, en Coronel Suárez, pensando en la muerte de la Pupi y queriendo volver ya a Baires.
Es tremendo cada vez que abro las puertas de las habitaciones y espero verla acostada en la cama o en el suelo. Y a la noche escucho ruidos, como cuando ella paseaba de habitación en habitación y empujaba las puertas.
Pero se que está feliz en el cielo, cuidando ahora a mis abuelos.
Acá nos hacemos más fuertes porque lo que no te mata te fortalece.
Solo sé que me hizo más humano, antes no me importaba nada.
Me enseñó a amar.

domingo, agosto 23, 2015

FERNÁNDEZ SOBRE SEBRELI: DOS POTENCIAS SE SALUDAN





Un tramo más de la hermosa charla que tuve con Luis Diego Fernández sobre su excelente libro: "Libertinos Plebeyos", es cuando habla sobre Juan José Sebreli, a quien le dedica un hermoso ensayo en su libro. Y esto me decía LDF:

"Yo trabajaba para la Revista Ñ y propuse entrevistar a Sebreli, lo aceptaron. Sebreli no tiene celular, no tiene mail y solamente tiene un teléfono fijo en el que tenés que dejar un mensaje y si le interesa atiende el tubo y te habla. A mi por suerte me atendió el teléfono y ahí lo conocí, fui a la casa, le hice la entrevista. Un departamento de 2 o 3 ambientes en Juncal y Pueyrredon. Muy modesto y todo forrado de biblioteca. Me pareció un tipo brillante del punto de vista intelectual y a la vez modesto y ético. Es raro que se reúnan esas tres características. Porque he conocido mucha gente brillante pero también muy soberbia e inmoral, millones. A este tipo yo inmediatamente lo respeté porque piensa como vive y vive como piensa. Siempre hubo algo ahí que me interesó. Entonces hice esa entrevista que fue tapa de Ñ. A el le encantó, dice que fue la mejor nota que le hicieron, porque yo no lo alabé ni lo maté. El está acostumbrado a que lo llamen maestro o le tiren a matar, los dos extremos. Yo no le dije ni maestro ni gorila, lo traté con ecuanimidad. Y a partir de ahí empecé a leerlo y hasta di un curso sobre Sebreli, di un curso acá en casa sobre su obra. Me interesa aunque no esté de acuerdo. El tiene una gran formación de los años cuarenta y cincuenta. Critica mucho a filósofos que yo estudio como Foulcaut y Deleuze. Pero a mi no me importa eso, me parece superficial y secundario eso.Entiendo y me parece lógico porque el  tipo se formó con Sartre. Nació en el 30 y ahí Sartre era Dios. Yo nací en el 76. Para mi dioses son Foulcaut y Deleze, es un tema generacional. Lo que sí me alucina es que el tipo conoció a próceres: a Victoria Ocampo, a Martinez Estrada, a Masotta, a Correas, a Murena y los trató, tipos que son próceres del ensayo argentino. A partir de ahí quedó una relación y después si tomé un par de cafés con el en El Olmo que es un bar de levante gay que está en Santa Fe y Pueyrredón, también lo vi hace poco en La Biela y le llevé mi libro, "Libertinos Plebeyos" donde justamente escribo un ensayo sobre su obra. Para mí es un honor que un tipo así quiera leer mi libro, es un genio".
"Si bien pasó por la vieja facultad de Filosofía el tiene una formación bastante autodidacta y me encanta su estilo ensayístico, yo tomé bastante de el, trato de hacer algo así en "Libertinos Plebeyos" y el aparece citado mucho ahí. Y tengo bastante de su estilo, porque son ensayos claros y accesibles pero con nivel. El no es un divulgador de filosofía, piensa a su estilo, es un librepensador, un filósofo porteño. Y esa es una figura que me interesa. Mi libro también intenta hacer filosofía desde Buenos Aires. Entonces elegí dialogar con Sebreli, con Martinez Estrada, con Uriarte, etc. Cuando hoy me preguntan quienes son los ensayistas que admiro, Sebreli es uno de los primeros junto con Horacio Gonzalez, Cristian Ferrer y Tomás Abraham. Seguramente entre ellos se odian (risas), pero a mi no me importa eso, me interesa cada uno con su obra, con su corpus, con su línea: Sebreli es un liberal de izquierda, Gonzalez es un peronista, Ferrer es un anarquista, Abraham es como una especie de social demócrata pero medio anarcoide también. Yo respeto mucho la gente que tiene un mundo propio aunque no piense como yo, eso me parece secundario. La gente sigue su propia línea. Modestamente, yo trato de hacer eso"
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¡BUEN VIAJE REINA!




Muchas veces te había hablado del final, aunque fue mucho más doloroso y triste de lo que pensaba.
Pero me esperaste para despedirte, como te lo había pedido tantas veces.
Moviste la cola cuando llegué, aunque ya no te podías incorporar sola.
Fueron 12 años de amor y belleza.
Fuiste la hermana que nunca tuve, la reina de la casa.
Todo pasa, todo muta.
Nos volveremos a ver.

lunes, agosto 17, 2015

LOS NOVENTA, CLAUDIO URIARTE, EL BAJO, CORRIENTES, LUIS DIEGO FERNANDEZ Y YO.




El sábado a la noche me junté con el amigo Luis Diego Fernández en su departamento de Palermo Soho. La propuesta era hablar de su maravilloso último libro: "Libertinos Plebeyos", pero hablamos de todo y todos. Grabé una hora y media de la charla. Mientras nos subíamos al vuelo del caballo blanco alado, los temas surgieron espontáneamente, porque justamente su libro es como un recorrido también de mi vida. Hoy me puse a desgrabarlo y curiosamente, en los primeros diez minutos me dije: acá tengo una crónica de vida.
Eso, de lo que quiero hablar es de mi vida, de nuestra vida, de lo que nos pasó en los noventa a todos los que llegamos a esta bendita ciudad y recorrimos no solo sus bibliotecas, también sus discotecas,bares, sus vinotecas, sus antros, sus prostíbulos, sus calles, mus miserias y genialidades.
De lo que quiero hablar entonces es de nuestra vida y lo que surge en charla con el amigo filósofo, ensayista, pero sobre todo escritor: es su vida, que es mi vida y nuestra vida.
Me acuerdo la primera vez que fui a La Cigale, en el Bajo. Era verano, como siempre en esta ciudad, es más, era Año Nuevo si no recuerdo mal. El tipo de la puerta me explicó que era una fiesta privada. -Ah, perdón, lo lamenté. Entonces se arrepintió y preguntó: -¿Estás solo? Pasá... Ahí se me abrieron las puertas del paraíso, una fiesta llena de gente desconocida, de artistas, de la vanguardia noventosa porteña que publicaba en "Los Inrockuptibles", de las chicas lindas y talentosas. La bebida era gratis. A partir de esa noche, no dejé de ir ni un día a La Cigale. Todos los putos días, era como mi casa. Hasta saqué un mini crédito para bancar la parada. Porque los noventa menemistas no solo fueron maravillosos, también fueron revolucionarios y paradójicos. De eso también quiero hablar.
Dice Luis ante mi pregunta sobre Claudio Uriarte: " Siempre me interesaron los personajes hedonistas y libertarios como el. Y también libertinos. Claudio andaba mucho por la calle Corrientes, se vestía todo de negro (como yo) era muy culto y refinado y siempre estaba acompañado por mujeres hermosas. Escribía en Página 12 y tenía una formación marxista. En los 90 cambió, viró y empezó a tener posiciones de derecha. Medio como un chiste se definía como marxista de derecha. Imaginate que escribía en Página con todos los zurdos y a favor de Bush padre, dicen que hasta tenía una foto de el pegada en la redacción (risas). Yo lo conocí a fines de los noventa en Corrientes. En ese entonces se transitaban dos circuitos: El Bajo y Corrientes, cada uno tenía sus características. El Bajo era más placer, vinos, whisky, tragos, noches, mucha discoteca, mucho bar tipo La Cigale, muchas putas en la zona de la cortada Tres Sargentos. El bar de la esquina con putas y el telo sobre Tres Sargentos. Eso era el Bajo, el otro plan era Corrientes, ahí se curtía un poco más de día, desde la tardecita tipo 6 o 7 hasta las 10 u 11. Y era durante la semana. Ahí te encontrabas con tipos como David Viñas, en el café de la Librería Losada, que todavía existe. Y a Claudio en todas la mesas de café. Yo me juntaba y me sentaba mucho con la gente de la revista de cine El Amante, estaba Alejandro Ricagno, que era bastante amigo de Claudio. Una vez cayó Claudio Uriarte ( no sé si Alejandro se acordará). Ahí yo era un pendejo, un pibe, tenía 20 años ¿entendés? Yo en ese momento estudiaba cine, entre los 18 y los 20, antes de estudiar filosofía, estudié cine en la FUC. Iba a los ciclos de cine de la Lugones, me metí en un circuito y en ese circuito aparecían los del Amante y hablaba con ellos, Ricagno entre ellos. En ese circuito de cine club, caías en mesas, como uno más y en una de esas mesas apareció Claudio Uriarte y era un ser que me impactó. Una persona muy interesante. Yo recién después me entero que era el autor de "Almirante Cero", un libro sobre Massera. El único libro que publicó en vida. Yo ese libro lo leí mucho tiempo después y me partió la cabeza. Desde entonces sentí que le debía un texto. Entonces escribí ese texto que aparece en "Libertinos Plebeyos" cuando se reeditó "Almirante Cero", que fue hace 4 o 5 años. Lo escribí, creo, para el Espacio Murena, un sitio web y después un poco que circuló por todos lados. Un personaje impresionante Claudio, me impactó mucho, lo traté lo que duran un par de cafés, lo conocí, el ni sabía quien era yo. Me acuerdo que era verano, estaba muy sudado, todo vestido de negro con un anillo impresionante y estaba con una mina muy linda. Estaba pasado de merca, la merca pasaba por todos lados en ese momento. De hecho dicen... no se sabe bien como murió, en 2007, 2008... fue en su casa, en un accidente doméstico dicen...como que se cayó de una escalera..."
Los noventa, la merca, Corrientes, el Bajo, las minas hermosas, las putas, los años explosivos del 1 a 1 con todo un nuevo mundo por descubrir. Hasta los Mac Donalds nos parecían sitios sagrados, inspiradores. Todos esos tópicos aparecen en "Libertinos Plebeyos", el reciente libro de ensayos de Luis Diego Fernández, todos esos y muchos más. Y ha sido para mi como revivir partes olvidadas de mi pasado. También Corrientes, de día y de noche. El café La Paz, la Lugones y el teatro que se hacía discoteca por ahí nomás, en donde empezó el Club 69 y donde muchos años después vi un espectáculo del gordo Casero que se llamaba "Solo para entendidos" y donde, efectivamente, no se entendía casi nada.
Los noventa nos atraparon por el cuello a muchos de nosotros a nuestro veinte años y nunca más nos soltaron.
Continuará...

jueves, agosto 13, 2015

UNA FAMILIA MUY CATÓLICA






¿Quién hubiera dicho hace unos años nomás que una superproducción global hecha en Argentina brillaría con un duelo actoral entre Guillermo Francella y Peter Lanzani?
Así son las cosas en este extraño 2015, en la nueva y lograda película de Pablo Trapero.
Basada en hechos reales que ocurrieron en los años ochenta, donde los restos de los aparatos de inteligencia que se desarman durante la llegada de la democracia, se ganan unos buenos dólares haciendo secuestros privados a gente rica, ya no a intelectuales, activistas polìticos y guerrilleros.
Así el siniestro Arquímedes Puccio, magistralmente interpretado por Francella, lleva adelante una vida familiar casi perfecta, salvo el detalle que tiene gente secuestrada en el sótano mientras que por fuera son una familia perfecta y muy católica.
Su hijo estrella del rugby, Alejandro, es su principal cómplice y encuentra la máscara perfecta en un sorprendente Peter Lanzani, a quien uno conoce solamente de los programas de Cris Morena.
Para Trapero también vaya si ha pasado el tiempo, de aquel milagroso debut con la increíble joyita indie de "Mundo Grua", a este lanzamiento internacional por la Fox y también con el aval de los hermanos Almodovar ,entre otros, hacen de "El clan" un excelente tanque global.
Ha crecido mucho Trapero y lo demuestra moviendo sabiamente los hilos de una narración tradicional hollywodense, donde también mete algún toque personal, algunos pequeños resquicios poéticos como la escena del oxígeno.
Ha madurado mucho Trapero como narrador y si bien por momentos el relato decae y luego vuelve a levantar sobre el final, el resultado final ubica a esta película entre sus puntos más altos como realizador.
Me emocionó mucho el aplauso espontáneo de la gente cuando aparece Raul Alfonsín, otro acierto de la película, intercalar imágenes de archivo para hacer una lectura muy lúcida del momento histórico.

sábado, agosto 08, 2015

15 DIAS, OTRA VIDA

Hace 15 días que volví a CABA.
Típico que todos los planes que me trajeron fracasaron, o mejor dicho, no funcionaron hasta ahora.
Pero se abrieron otras puertas.
Otra gente, otra vida, otra ciudad. Yo también soy otro.
Todo cambia, todo pasa.
Las mentiras, las traiciones, los fracasos.
Y uno va aprendiendo a juntarse con gente sana. Y a sanar a los enfermos.
Dar es ayudarse.
Mutación, otra identidad, otra vida.
Recorro caminando los barrios de esta ciudad y descubro nuevos detalles a cada paso. Y luego los lugares de siempre. A los que vuelvo y a los que ya no volveré.
También otra concepción del amor y la amistad.
El mismo borrachin fumón de siempre pero ahora orientado al infinito y más allá.
La ciudad de Buenos Aires es la mujer más deseada y esquiva, la que se rinde a tus pies solo cuando dejás de mirarla anodadado y te dedicás a brillar.