jueves, febrero 14, 2008

DOS DE MIS HITS, QUE NO LEYO CASI NADIE

PALERMO ES UN ESTADO EN TU MENTE

Eso es lo que te quería decir, lo que hablamos y lo que supimos callar. Lo que olvidamos y recordamos hoy solo como si todo hubiera pasado en un solo día.
Nada, que me acaba de venir a la memoria el día en que llegué a esta bendita ciudad, a principios de los 90, de cómo caí en una olorosa pensión de lo que en ese momento se llamaba Palermo Viejo. De cómo creí descubrir el paraíso y el infierno a la vez, cuando en verdad había mucha gente que lo había visto antes.
Claro, eso, hablo del lugar llamado Palermo, del Alto Palermo y de Palermo Chico, los más fashion, y de ese lugar, lo que luego se dividiría en Palermo Hollywood y Palermo Soho. De eso hablo, de la mezcla entre los más sucio y lo más sublime.
De esta cruel, tilinga, genial ciudad que nos acoge con cariño y hasta sobrevaloración a los desclasados, los patitos feos, los freaks que fuimos expulsados del vacío interior, de nuestras familias donde perdimos el derecho a ser considerados iguales simplemente por haber entendido de que va todo esto.
Entonces: todo comienza siempre con una chica, sea como fuere: linda, fea, gorda o flaca. La encontrás casualmente, digamos en la parada del colectivo, la mirás, te mira, hay algo que los atrae mutuamente, la vestimenta, la onda y ya intercambiás datos para la primera cita.
Y te digo más: vos sabés como sigue esto, hacerte de un grupo, conocer gente distinta, artistas hechos o proceso de serlo, digo como cualquiera, como vos, pero nada como la emoción de ver amigos que creen en lo que hacen, que creen que es importante lo que está haciendo más allá de la indiferencia del mundo exterior.
Y entonces las pastillas de colores y entonces las sustancias peligrosas y otras yerbas, y entonces las excusas de no pasa nada y si pasa todo. Pero igual nunca como adicción: porque eran emociones gritadas a viva voz, al infinito y porque eran el combustible de sensaciones y obras, no el fin en si mismo.
De última si, hubo quien desapareció en extraños períodos de desintoxicación, hubo incluso quien murió de la manera más estúpida y también de la más dolorosa. Hubo luego gente con la que uno se peleó a muerte y dejó de verse por meses y años, y un día se reencontró de casualidad y todo bien. Hubo sexo casual, sexo grupal, sexo con y sin condón. Pero eso, tampoco nada del otro mundo.
De lo quisiera hablar es de los artistas de la vida, de los que por ahí nunca aparecerán en los medios justamente porque son artistas que arden construyendo su vida a cada segundo, por lo tanto, como estrellas fugaces, nunca dejan rastro. Y esa es su misión. Pero eso, pienso de verdad que ellos son los verdaderos, los que tocan lo que sea, escriben donde sea, organizan una gran fiesta de la nada. Los que hacen de su existencia un culto al jogo bonito, a la dinámica de lo impensado. Yo los vi y puedo dar fe. Este es mi acto de lealtad hacia ellos. El resto solo somos simples artesanos.
Y pienso que en ese sentido, Buenos Aires es así porque así la soñamos todos los losers. Sobre todo Palermo. El centro de la Argentina, del Universo todo.
Palermo es un lugar en tu mente. Eso. Un aleph, como diría un vecino famoso del barrio.
Y nada, todo, como olvidarme de esos cándidos 18 años, de esa chica que me llevó a ese boliche under donde por primera vez vi dos chicas hermosas besándose sin que a nadie pareciera importarle. De esos travestis perturbadores, de la gente que vagaba sonriendo idiotamente por todos lados.
Eso es lo que te quería decir: hablo de la primera vez en mi vida que no entendí lo que estaba pasando.


DOBLE VIDA



A Julia la conocí por un amigo en común, en una fiesta en Beverly Hills. Yo había sido contratado por Dreamworks para escribir el guión de una película sobre la vida de Adolfo Bioy Casares. En realidad, ella me confundió con un actor de reparto de su última película y yo fingí serlo por un momento.
La habitación es cuadrada y completamente blanca. No se escucha nada.
Luego de las presentaciones del caso, comencé a hacer chistes sobre los actores, más por un reflejo nervioso que por una inspiración divina: hice un chiste y se rió, hice otro y se rió más, allí fue cuando me desinhibí completamente y pese al alcohol y la marihuana que había ingerido, charlamos como dos viejos amigos.
A veces duermo y a veces me despierto. Cuando me mantengo despierto por horas, miro a un punto fijo en la pared, el sopor es inaguantable.
Ya entrada la madrugada me invitó a su casa y terminamos haciendo el amor sobre los sillones del living. En ese preciso momento recordé su película Nothing Hill y como había soñado desde siempre, ser el protagonista.
A veces viene a verme mi familia, pero yo sé que ellos no quieren que salga, se confabulan con el médico para que me diga que estoy muy mal.
Me invitó a un Europa durante unos 15 días que duró su intermedio entre películas. Fuimos a París, Londres, Madrid y paramos en los mejores hoteles, comimos en los mejores restoranes.
El médico dice que soy peligroso para la gente, que no sé lo que hago, pero es mentira, sólo que a veces me siento débil por las drogas que me dan.
El problema fue cuando le pedí que se casara conmigo y que dejara la actuación para tener un hijo, esa puta prefirió la frivolidad antes que la vida hogareña, por eso la golpeé y me enloquecí, de última le dí la oportunidad de cambiar de vida y la despreció sin pensarlo.
Y así es que estoy internado en este puto loquero, sin saber si alguna vez me van a dejar volver al mundo real, mientras tanto escondo mi resentimiento tras la máscara del arrepentimiento y algunas veces pienso en ella, en las noches de burbujas y brillo que supimos tener.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto esta extraido de un cuento o es narracion de tu vida?
No entendi nada de nada, nada que ver con nada.