miércoles, mayo 21, 2008

PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN


Venir a la ciudad chica después de la gran ciudad, implica una bocanada de aire fresco, al menos al principio.
Que el campo es más sano, que la gente es más sencilla y normal.
Ok, veamos un poquito eso.
Siempre tuve, tengo y tendré un problema con el habitante del pueblo.
Esto no lo inventé yo, es sociologia pura. Cuantos menos personas hay por metro cuadrado, menos se respeta la intimidad, la individualidad.
Asi, uno se ha acostumbrado en la ciudad a no conocer a sus vecinos de edificio, incluso de piso, pero acá la cosa es muy distinta.
Todos te conocen y todos tienen la maldita mania de meterse en tu vida y de decirte lo que piensan aunque no se los preguntes.
Es una sensación molesta, ok, si, también hay gente muy copada y sabia.
Pero hay mucho loco suelto, que descarga su veneno en forma de humor, te bardean pero como haciéndote un chiste.
Realmente puedo bancarme ese tipo de diálogo solo un tiempo limitado.
El viernes ya estoy de vuelta en Baires, donde no conozco a mis vecinos, donde tengo a mi psicoanalista, mi maestro budista, al chanchin y un par de personas mas.
Como un rock star, se me pone la piel de gallina cada vez que alguien quiere hacerme una observación o comentario.

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