Mi analista me cuenta que en la Edad Media existían los juglares que le cantaban al amor romántico de las bellas doncellas. Era un amor no consumado, idealista y que se oponía a los casamientos que eran digitados por las familias terratenientes por conveniencia.
Mi analista me dice que las doncellas de hoy son las que aparecen por televisión y que las cartas y canciones de ayer son los emails de hoy.
Yo vendría a ser un romántico moderno, el último romántico.
Lo peor de todo, lo más irónico es que tiene razón. Pero igual hay otro lado mío que todavía no explotó.
Invoco entonces, a los fantasmas de otras épocas a que vengan en mi auxilio para sacarme de este atolladero. Ya es hora de que todo se vaya al carajo pero para bien.
Si fuera así...
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Si las gotas cayeran hacia arriba
hasta anegar el cielo
Si este otoño inesperado
no estuviera tan fuera de lugar
Si esta lluvia invertida
no lavara...
Hace 1 año.
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