Chanchin debe su nombre a su contextura robusta, que antes desbordaba de calorías y ahora se ha normalizado. Vivió en Buenos Aires, Bahia Blanca, Coronel Suárez y otra vez Buenos Aires.
Ama las computadoras y pasa horas, días y noches con ellas. También ama a las mujeres, pero las ve menos seguido.
Chanchin tiene una herencia de su padre, un campo en La Pampa, pero no le alcanza para vivir. Así que está buscando otras vías de financiación.
Es una especie de Cioran criollo y no se conforma con argumentar, siempre quiere tener razón. Y la suele tener en lo que se refiere a lo estrictamente intelectual, sólo que crea incomodidad cada vez que se trenza en discusiones maratónicas.
Pero el chiste no es lo que se dice o hace, el chiste es que: Chanchin tiene razón.
Si fuera así...
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Si las gotas cayeran hacia arriba
hasta anegar el cielo
Si este otoño inesperado
no estuviera tan fuera de lugar
Si esta lluvia invertida
no lavara...
Hace 1 año.
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