jueves, enero 13, 2011

ROMPECABEZAS


Rosario Bléfari tocó anoche en una casa. La puteè un rato mientras daba vueltas por San Telmo porque era una casa comùn, no un bar y no habìa ninguna señal ni se daba la direcciòn exacta, solo la cuadra. Cuando lleguè ya habìa empezado y la puerta estaba cerrada, estaban todos adentro escuchando y nadie daba bola, tuve que hacer quilombo con ayuda de otros que llegaron ahi mismo hasta que alguien se dignó en venir a abrirnos. Pero es Rosario y no es casual, esto tambièn es parte del show.
Lo inaudito, lo azaroso, lo incomprensible como parte de la performance, tocar en el patio de una casa solo acompañada por una guitarrita criolla. No es solo hacerse la loca, la artista maldita. Hay que poder cantar asì, en pelotas, porque si. Fue el mejor show que le vi de la decena de veces que la he visto en su etapa solista y tambièn con Suàrez. Lo cual es mucho decir.
Es difìcil explicar con palabras la multitud de sensaciones que acuden a mi mente y mi corazòn Porque las palabras y los sonidos de Rosario te rompen la cabeza y luego resuenan extrañamento en tu corazón.
Y como cantò! Como sonó su voz, siempre un punto extraño y lo que en definitiva le da su plus, citando un poco el post anterior. Cantò increíblemente bien sin micrófono, sin amplificación, así como en una peña, un asado de amigos y su poesía dulce acompañaba la calidez de una noche encantadora de verano y de lejos se oían las sirenas y los ruidos de la ciudad. A veces se acompañaba con distintos instrumentos percusivos, pequeños sonidos, pequeños timbres que hacìan sus canciones encantadoramente sutiles, inasibles.
¿Que màs puedo decir de Rosario? Harè tal vez un descargo bien egocéntrico y arrogante: que nosotros, siempre los mismos 50 o 100 elegidos pagamos 20 pesos para poder verla en una casa y charlar con ella, en San Telmo, un mièrcoles a la noche, mientras hay boludos que pagan 300 pesos por ver cualquier basura que viene de afuera, en River, desde lejos, sin escuchar ni entender nada.
Pertenecer tiene sus privilegios.

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