viernes, enero 28, 2011

LA PELÍCULA DEL MOMENTO SOBRE EL FENÓMENO DEL MOMENTO


Menuda sorpresa me llevé al ver “Red Social”, la última película del consagrado director David Fincher, director de, entre otras: “Alien 3”, “Pecados Capitales”, “El club de la pelea” y “La habitación del pánico”. Fincher, un tipo que apuesta siempre por temas fuertes y variados, usualmente se destaca por su notable imaginería visual, aunque la parte literaria suele fallar un poco. Por eso, cuando me enteré el año pasado que había una película sobre la historia de Facebook, la red social más importante del mundo en Internet, con más de 500 millones de usuarios, me pareció que la historia pintaba para fiasco, que no había nada interesante que contar. Me equivoqué. Firme candidato a los premios Oscar de este año, el film merece, por sobre todas las cosas, la estatuilla de Mejor Director para Fincher, quien aquí le pone su mano maestra a una historia algo enrevesada que además cuenta con un guión de fierro, basado en el libro “Multimillonarios por accidente” algo así como una biografía no autorizada del nacimiento de Facebook. Pero son muchos los aciertos de esta película, los actores, todos impecables, especialmente el astro pop Justin Timberlake, interpretando a una especie de villano simpático, el cofundador de Napster (sitio que puso en jaque a la industria discográfica por ser el primero que permitía bajar música gratis), que se acerca a dar buenos y malos consejos al genio de Facebook, Mark Zuckerberg, personaje complejo y shakesperiano si los hay.
La amistad, la traición, las chicas, los excesos, el éxito, el poder, etc. Son muchos los tópicos que trata la película sin dejar de ser una entretenida película que de paso nos muestra el chusmerío, el detrás de la escena del mayor fenómeno actual de Internet.
Ya la primera escena es antológica y se sentirá en toda la película, el protagonista teniendo una absurda discusión con su novia, una buena chica, que razonablemente lo echa. A el, el genio, el nerd, el adolescente orgulloso y estúpido. Entre las variadas y acertadas ideas que desarrolla la película, la principal será que Zuckerberg se hace famoso por la locura que le genera su mal de amores y su lugar de hosco incomprendido. Luego están sus amigos y no tanto, los intereses comerciales, la lucha de este geniecillo judío por ser aceptado por los grandes herederos que lo desprecian en la Universidad de Harvard, especie de centro neurálgico de lo mejor y peor que se genera en el mundo de hoy.
Película atravesada por un juicio, le encuentra siempre la vuelta al aburrimiento con diálogos y situaciones picantes, acompañados por la belleza nunca excesiva del ojo de Fincher y la música exacta de Trent Reznor, el genio por detrás de Nine Inch Nails.
Habrá un final infeliz tal vez, algo amargo, pero queda igual la simpática sensación que no hay malos en esta historia, sino más bien muchachos muy talentosos y afortunados que de la noche a la mañana revolucionan el mundo, se vuelven multimillonarios y hacen las cosas lo mejor que pueden.
Como nos podría pasar a cualquiera de nosotros.

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