La Publicidad, como el Psicoanálisis, es una disciplina misteriosa, ni totalmente científica, ni tampoco improvisada. Suele producir resultados milagrosos o no. Como sea, en ambos casos, se invierten importantes sumas de dinero por algo que no se sabe bien como puede terminar. Puede fallar.
Los creativos publicitarios, como los psicoanalistas, suelen ser importantes personajes que acceden a un alto standard de vida de una manera casi mágica.
Ambos trabajan apelando al inconsciente de la gente.
Luego, persiguen objetivos totalmente diferentes: mientras los publicistas apuntan sus dardos a enloquecerte en una vorágine de consumo, para que gastes tus dinerillos en pelotudeces, los psicoanalistas tratan de calmar a la gente con palabras, para hacerlos felices, lo que se suele ir muy en contra del modelo de consumismo desaforado que impulsa el capitalismo neo liberal. Por eso la falta de reconocimiento a Lacan en EEUU y gran parte del mundo. Que lo van a entender si van como imbéciles detrás de la zanahoria del consumo. Solo Francia y Argentina mantienen ese culto cuasi religioso sobre este pensador siempre actual, a veces intendendible, siempre sorprendente.
Pero hay algo más, una unión misteriosa, un concepto marketinero que vibra como si fuera una ley espiritual. Es lo único que recuerdo, lo único que me quedó de mi paso por la UCA (!).
Creo que lo llamaban "ventaja diferencial" o algo así. Hablaba esta idea, decía que lo que todos suelen ver como defecto de un producto, lo que se suele ocultar, suele ser lo que lo hace diferente y lo que debe ser explotado para triunfar.
Esa idea ha guiado mis pasos, de alguna manera, hasta hoy.
Casa
-
La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 11 horas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario