Pasada la felicidad y el alivio del triunfo peronista en Suárez, la Provincia y la Nación, algunas conclusiones.
Con respecto a la sorprendente performance de Macri, no me cabe duda que hubo un fraude, no un fraude para ganar porque hubiese sido muy violento, pero si un fraude de 4 o 5 puntos para no quedar tan mal y poder asegurarse el lugar de jefe de la oposición.
Recordemos que Macri se está yendo después de su primer período y en primera vuelta.
Es uno de los gobierno más horribles de la historia argentina pero ese porcentaje del 41 crea la idea de que hay mucha gente que sigue creyendo en el.
Así y todo, estoy de buen humor y veo con optimismo que hemos revertido esos ciclos horribles de la economía argentina, donde después de 10 años todo se va a la mierda.
Esta vez estamos al borde del abismo pero no se fue todo al carajo del todo.
Va a ser difícil revertirlo pero más difícil fue salir de la hiper del 89 y del default de 2001.
Recordaba que cuando llegué a CABA para estudiar en la Universidad, en 1991 los bondis era viejos y el pobre chofer tenía que cobrarte el boleto, darte cambio y encima manejar.
Una locura total.
Luego llegaron las máquinas de monedas y finalmente, la tarjeta SUBE.
En estos dos ejemplos, tanto de la macroeconomía, como de la microeconomía, se ven pequeños avances.
Argentina avanza a pasitos de hormiga.
Pero avanza.
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