YOGA

En el largo derrotero de mis 42 años de vida, siempre busqué el equilibrio físico, mental y emocional.
Empecé en la adolescencia con el control mental (¡¡¡los 80!!!), luego descubrí el budismo con su zazen, sus mantras, sutras, etc. También practiqué tai chi, pero donde más cómodo me siento y adonde siempre vuelvo es al yoga.
Suerte de gimnasia sutil combinada con meditación, es accesible a todas las edades y físicos y te trae beneficios de todo tipo en el corto plazo, a la inversa del zazen que aporta más dolor que otra cosa.
No hace tanto, leyendo al genial Osho, recomienda yoga y cualquier tipo de meditación, de hecho, afirma que: caminar, correr, incluso bailar, son formas de meditación.
Pero volviendo al yoga ( pronúnciese ioga) el cuerpo se estira y el espíritu se calma.
Y descubrir que lo más simple es lo más complejo, tiene que ver también con una visión holística de la realidad.
Recomiendo absolutamente su práctica, en cada barrio hay un maestro o maestra, de las mil y una variables que tiene esta hermosa disciplina nacida en la patria espiritual del mundo: la India.