sábado, marzo 21, 2015

CURROS DE LA CULTURA

La sala Leopoldo Lugones es una entrañable cita de los cinéfilos porteños. Ubicada en el décimo piso del Centro Cultural San Martín, albergó siempre ciclos sobre las más hermosas y secretas filmografías del mundo.Con la excusa de repararla y mejorarla, el gobierno de Macri la tuvo cerrada 15 meses (!). Abrió esta semana que pasó, pero hoy fui y se suspendieron las funciones por problemas no del todo claros.
El Cine Gaumont también es una entrañable sala, dedicada a difundir exclusivamente el cine de producción nacional. Que aparte cobra el ridículo precio de 8 pesos la entrada.
Ayer fui y también suspendieron las funciones por problemas no del todo claros. En este caso la responsabilidad recae sobre el gobierno nacional.
El kirchnerismo y el macrismo muestran los mismos defectos.
Millonarias y no del todo necesarias reformas, donde uno puede especular que más de uno muerde su cometa, todo supuestamente en pos de un mejor lugar para los cinéfilos.
Después lo inauguran para la foto y al final las cosas no funcionan.
Cobrame 20 o 25 pesos, igual es barato, pero que las salas funcionen como deben.
¿Es mucho pedir?

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