Nunca les di bola.
Desde los veintipico que comencé a engordar, nunca me importó la panza y el aspecto físico, me parecía que un escritor, un intelectual, debía ser así. Que lo importante es lo de adentro.
Todo el tiempo tenía delante de los ojos la clave secreta, pero no la podía ver.
Hasta hoy.
Cuantas veces leí en los textos de budismo zen la frase: pensamos con el estómago. Seguramente lo tomaba como una curiosidad, una excentricidad más de los sabios budistas.
Pero hoy, me hizo clic un detalle insospechado, Andrés Calamaro tuiteó: "Muchos problemas psíquicos vienen del estómago".
Ahí me cayeron todas las fichas juntas, me puse a googlear el tema y todo cerró.
No hay que comer sano solo para verse bien o para ser zen. El estómago está directamente relacionado con la cabeza. Muchos desequilibrios mentales vienen de una alimentación deficiente.
Tampoco es que me pienso volver vegano de la noche a la mañana, pero hay muchas opciones intermedias, como una dieta mediterránea, por ejemplo.
Y todo gracias al Salmón!!!!!
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