viernes, enero 27, 2012

MINERIA MAFIOSA


El reciente conflicto por el Famatima es la punta de un iceberg muy contaminado y en pleno derretimiento. Esto ya superó lo tolerable, uno puede simpatizar con muchas cosas del gobierno nacional, pero no puede hacer la vista gorda ante tanta mafia.
La Revista Barcelona tenía una de sus geniales tapas que ponía como la dicotomía actual Cianuro o Glifosato. Cianuro es lo que esparce la minería por el agua que todos toman, mientras que el Glifosato es más cercano, es el veneno con el que los productores agropecuarios rocían los campos para obtener más rinde y que nos envenena a todos.
Pero estaba hablando de la minería.
Yo fui muchas veces a San Juan, conozco la tierra del mafioso Gioja, que no conforme con entregar sus montañas a la minería, acaba de calificar a los ambientalistas como nazis.
El tema de la minería es muy simple: no solamente detonan la montaña, saquean los metales preciosos y envenan el agua con cianuro, tampoco pagan ningún impuesto (al menos de los legales).
Si, aunque suene gracioso, todo lo que se llevan es de ellos, porque se tiene en cuenta la multimillonaria inversión que realizan y que le dan laburo a la gente.
Y la gente, claro, es ignorante, se muere por trabajar en la mina, porque trabajan solo 15 días al mes y les pagan sueldos soñados.
¿Porque son buenos?
No, porque es trabajo insalubre, te caga la vida, estar a miles de metros sobre el nivel del mar, con temperaturas de 30 grados bajo cero.
Encima lo que jode es que lo quieran disfrazar como un triunfo más del actual modelo productivo, la gente labura, se puede comprar casa y auto, todos contentos.
Pero no es sinónimo de primer mundo, es sinónimo de tercer mundo, justamente vienen a nuestro país porque en el primer mundo hay leyes que impiden la minería a cielo abierto.
Entiendo que Cristina no tiene absoluta responsabilidad por leyes que vienen del Menemato y por las decisiones que toman Gobernadores inescrupulosos; que es complicado meter mano contra tan fuertes intereses multinacionales.
Pero al menos pongan la cara, digan algo coherente.
El 54 por ciento les dió más poder, pero también más responsabilidades.

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