LA LECCIÓN DE CAMPANELLA

Hace poco vi las dos películas más comentadas de los últimos tiempos: "El secreto de tus ojos" del argentino Juan Jose Campanella y "Bastardos sin gloria" del norteamericano Quentin Tarantino.
Campanella encontró su mejor forma con esta película, un policial noir con toques de romance, humor bien argento y situada inteligentemente en un momento muy particular de nuestra historia. Todo suma en esta película, todos se lucen. Es como si Campanella hubiera visto "El aura" de Bielinsky y hubiese dicho: yo puedo hacer algo así pero a mi manera. Antes no le soportaba la tilinguería, la bajada de línea de valores perdidos y la argentinidad al palo.
En esta película todo eso está bien diluido por lo trágico de la historia y aquí alcanza simplemente una película clásica y moderna a la vez.
Perfecta.
Lo de Tarantino es llamativo: después de haber alcanzado altas cumbres con "Pulp Fiction" como que se resignó a no crear mas nada. En todo caso recrea estúpidamente, como un tarado genial que vió todas las películas y elabora las suyas propias como collages de distintos films de clase B. A veces orientales, otras veces de autos, ahora de nazis. La historia absurda, infantil, de un grupo de judios vengadores no está mal por tergiversar la verdad: eso de última es un buen chiste.
Lo que Tarantino parece haber perdido en el camino es la capacidad de conmoverse y conmover con una buena historia. Sus films son tan perfectos desde lo formal como estériles en cuanto a las emociones básicas. Como un niño rico con tristeza, se ha resignado a jugar a quien vió mas películas.
Campanella, más limitado, pero mejor parado, todavía cree en el cine, en su capacidad de sorprender y conmover a pesar de tantos años transcurridos y tantas películas vistas al divino botón.