Ah, el pueblo chico infierno grande! Cuanta tela sigue dando para cortar!
La obra "Adela está cazando patos" retoma ese universo que nos suena Marteliano (por las películas de Lucrecia Martel digo), aunque aqui la cosa es en Formosa.
Pero se parece mucho a cualquier lado.
La muerte del padre caudillo respetado aunque no respetable, desata la lucha de intereses por la herencia. El padre travestido se le aparece a la hija y le pide venganza, como en un "Hamlet" cumbianchero.
Ahi comienza la historia, una historia que tiene sus idas y vueltas, ciertos excesos, pero que es sostenida con orgullo y convicción por el elenco.
Con una puesta en escena genial, que hace de sus carencias su mayor fuerza (me encantó la pileta),Adela dispara y da en el blanco.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 3 días.
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