jueves, septiembre 24, 2009

DIA DE LA PRIMAVERA


Sorprendentemente, este 21 de septiembre tuvo un clima primaveral ideal.
Tenía que ir a ver a mi siquiatra, asi que decidí irme caminando desde casa (San Cristóbal) hasta el consultorio (Parque Las Heras).
Como tenía tiempo de más decidí parar a tomar un café en un lugar cercano al consultorio que yo recordaba melancólicamente como cercano a la casa de Celeste Cid, adonde ella solía ir. Pasó hace un par de años la obsesión: el que quiere Celeste que le cueste y averigué casi todo sobre ella, sólo que cuando la crucé no me animé a hablarle...
Con ese ánimo, entre volado y derrotista entré al lugar, di una rápida ojeada y vi que no, Celeste parecía no estar.
Llegando al mostrador a pedir, desvió mi atención una vieja que se paró entre una mujer y yo y le pidió por favor que cuando terminara de leer el diario se lo alcanzara.
Vi y escuché a la vieja pero no a la mujer que estaba detrás de ella.
Hice mi pedido y me dirijí con la bandejita a sentarme al lado de la mujer, pero por alguna extraña razón decidí sentarme de espaldas a ella, mirando hacia la calle.
Me distraje, boludeé con el celular, pasaron 15, 20 minutos y sentí que la mujer se paraba, se dirigía hacia la vieja y le daba el diario mientras se retiraba.
Por curiosidad miré hacia la calle cuando la misteriosa mujer se iba y por alguna razón ella pasó frente a mi ventana como desfilando. Oh, no, era ella, no no Celeste.
Era esa chica que siempre quise cogerme en Suárez cuando adolescente, que es mayor que yo y por etapas me daba bola y otras no. Y cuando yo me animaba no y cuando me daba bola yo me cagaba en las patas...
Lo que sé es que ahora vive en Baires, casada, con hijos, incluso que vive por ese barrio.
Pero: ¿era ella o era una alucineta? No claro, era ella. Imposible equivocarme.
¿Que porque no la corrí? ¿Que le iba a decir? No te vi o no, estaba jodiendo.
En todo caso que ego, que orgullo el de la mina, ella me podría haber saludado y listo, estábamos los dos solos para charlar de nuestras vidas. Puede ser todo lo contrario, baja tolerancia a la frustración, suele pasar en las más hermosas.
O tal vez simplemente ella tampoco me vió y todo vuelve a fojas cero.
Pero sea como fuere,es una ilusión mas, ya pasó y no volverá a pasar.
Por suerte, el martes tengo con Chamorro...

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