La muestra fotográfica inagurada ayer por Sebastián Freire en Humberto Primo 730 de nuestra Capital, debería ser prohibida, exorcizada y muchas cosas mas.
Esos santitos gay que toman el cóctel, se travisten, salen del closet, arden en las hogueras de sus pútridos deseos y hasta estan cubiertos de un blancuzco y dudoso líquido, no hacen sino herir de muerte nuestra fe, burlándose pretendiendo contar una micro historia de los padecimientos de una comunidad que crece a pasos agigantados.
Ajj, alguien tiene que hacer algo, un shock publicitario o algo asi...
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 3 días.
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