jueves, noviembre 14, 2019

¿DE QUE HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE DESEO?






Ayer a la tarde en la antigua sede de la UBA de Sociales se dio una notable charla con debate en torno a los temas del consentimiento o no, del abuso, de la mujer hetero, lésbica, trans y demás.
Al panel lo integraban la abogada Ileana Arduino, las antropólogas Rosario Castelli y Rocío Subiría, la activista travesti y psicóloga social Marlene Wayar y la psicoanalista y escritora Alexandra Kohan.
El temario fue amplio y no alcanza este espacio para abarcarlo todo, incluso hay temas que me superan, que no conozco tanto, pero quisiera detenerme en algunos puntos del texto leído por Alexandra.
Fiel a su estilo iconoclasta Kohan comenzó analizando una letra de Ricardo Arjona (!) Dime que no, definiendo al guatemalteco como platónico y lacaniano (!!) en el sentido de que, según Lacan y Arjona ese no permite encender el deseo y se apagaría muy fácilmente con un sí.
También con respecto al consentimiento Alexandra armó bardo diciendo que es imposible porque no siempre tenemos ganas o sabemos lo que queremos, a veces sí, a veces no, a veces no nos decidimos por si o no. Y destacó el rol del psicoanálisis que se atreve a no saber, a diferencia de la psicología y la psiquiatría, que siempre tratan de normativizar, normalizar todo, hacer pedagogía.
Esto es maravilloso y coincide con las enseñanzas de Osho y el Zen que vengo estudiando hace rato.
Ellos ponen el acento en que la única forma de ser libre y auténtico es siendo espontáneo, incoherente.
Porque toda la realidad, dicen es atómica, no hay conexión del ser de hace un minuto atrás con el de este minuto y hay que tener la suficiente valentía como para ser libre aunque todo el esfuerzo de la sociedad sea para obligar a las personas a ser coherentes, previsibles, esclavas.
En cuanto al deseo propiamente dicho hay diferencias importantes, porque según entiendo, el psicoanálisis cuando habla de deseo se refiere específicamente el sexual y en Oriente por deseo se  entiende querer ser determinado tipo de persona o querer tener tal o cual objeto.
También hay diferencias importantes en cuanto a la noción de ego, pero son muy complejas y tampoco son el objeto de este escrito.
Pero me encanta esa valentía de la psicoanalista que te empuja a la noción misma de no saber, de no reaccionar de acuerdo a lo establecido, sino de permitirte dudar y cambiar según el momento; lo cual también empuja a un problema grande para definir cuando se habla de acoso u abuso, si fue consentido o no, en todo caso ambos son temas muy finos, con una línea muy delgada que los separa, difícil de definir y que todavía están en construcción.
Y volvemos a Lacan, a Platón pero también a Sócrates con su mítico: solo se que no se nada.


1 comentario:

ericabosque dijo...

Muy bueno!!!. me gustó mucho esa parte de la espontaneidad frente a la vida... a salir del molde previsto por la sociedad. A NO ENCAJAR... una buena manera de sentirnos LIBRES... ENTRE TANTO LÍO...