jueves, diciembre 20, 2018

MONSTRUOS DE LA NAVIDAD






Cuando uno experimenta un despertar espiritual, una transformación, comienza a ser más sensible a la luz y también a la oscuridad. Cosas que antes parecían "normales" comienzan a molestar.
Mucho.
Y naturalmente se comienza a separar de grupos de gente familiar, vecinos y amigos que son verdaderos monstruos, ladrones de energía.
Así que mirá si no voy a poder pasar solo Navidad. Ningún problema: esta y todas las Navidades que me restan.
Le perdí el miedo a estar solo. Eso es meditación.
Y tampoco es tan así: este año fue extraordinario y comenzó a aparecer otra gente, más luminosa, más sana.
Aparte hay una situación de robo y ocultamiento de la herencia familiar que seguramente va a derivar en un enfrentamiento judicial.
Y más todavía si siempre se repiten las mismas situaciones horribles, de traición y difamación, sistemáticamente, desde hace 12 años.
Cambian los nombres y siempre pasa lo mismo.
Que carajo me importa la estrella internacional si no es más que una piba nefasta, como dijo alguien que la conoció bien y le pegó un voleo en el orto.
Algún día seré un Buda, experimentaré la compasión y podré perdonar a todos.
Pero para eso falta.



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