domingo, julio 01, 2018

LA ARISTOCRACIA DE LA DESGRACIA

Anoche andaba palermitando y caí en el siempre entrañable Club Congo. Había mucha gente y mucho agite y decídí entrar.
Estaban cantando unos flacos buena onda, música divertida, irónica, retro, tan en boga desde hace ya varias décadas.
Para cerrar el cantante invita a Leo García, quien nos regala una hermosa versión de Rosa, Rosa del gran Sandro.
Se lo ve rejuvenecido a Leo, no solo por la cirugía estética, se lo ve sano, de buen humor y la misma voz preciosa de siempre.
Termina el show pautado y sorpresivamente, Leo nos regala un mini show sorpresa, acústica en mano, con sus clásicos, clásicos del rock nacional y otros del pop argentino y latino.
Esa mixtura increíble que hace entre Soda, Ratones Paranoicos, Intoxicados, Gilda y Cristian Castro, pienso que le jugó en contra comercialmente.
La gente no es tan tolerante a tanto eclecticismo, pero Leo siempre fue así, siempre amó el rock y el pop, argentino y latino. Le surge naturalmente, no es una pose ni una excentricidad.
Los de nuestra generación siempre fuimos open mind.
Cuando terminó el show me acerqué a felicitarlo y a preguntarle en que anda: me dijo que va a sacar un tema con un video nuevo, eso solo por ahora. Que ya no tiene tantas expectativas como antes, que simplemente se conforma con poder cantar y disfrutar de la música.
Y cuando hablaba por el, hablaba por mí y por muchos, como todo gran artista.
Me acuerdo hace como veinte años cuando presentó su primer disco solista en el Museo de Arte Moderno, nos cobraban 1 peso la entrada (que era 1 dolar) y se sentó en el suelo de una sala chica con su acústica y cantó sus canciones.
Luego tuvo sus 15 minutos de fama, tropezó, se cayó, se levantó, lo de siempre, lo que nos pasa a todos.
Pero ahí está: intacto, impecable, relajado.
Me enteré que hace poco cantaron en Rosario con Benito, el hijo de Gustavo Cerati, estaría bueno que el show se repitiera también acá.
Es que son los herederos naturales del rey del rock and pop.
Recordemos que Gustavo se cansó de elogiar a Leo y de invitarlo a tocar con el y en la despedida de Soda, tocó un tema de Avant Press, la banda de Leo.
Soda hizo un cover de Avant Press en el River lleno de su propia despedida, en 1997, que a su vez también le hicieron de telonero en ese show. Increíble.
Así que Leo es el heredero natural del rey, que ahora canta con el príncipe.
Son (somos) la aristocracia de la desgracia, como dice Calamaro.
Pero estos son tiempos raros, ya estamos grandes y aprendimos la lección: somos igual de felices en un show para 200 personas, que en uno para 50.000.

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