viernes, abril 27, 2012

EL DESPERTAR DE GRACIELA

Graciela Schmidt siempre fue la mujer del Pitu, Sergio Pita, el mejor guitarrista de Suárez. Desde que tengo uso de razón los recuerdo juntos. Los miraba de adolescente, como figuras venerables, el guitar hero y su chica. En estos últimos meses comencé a tratar a Graciela en relación a su primer libro de poesía, "Ofrenda". El otro día nos juntamos, intercambiamos libros y me contó su vida. Una vida novelesca, que la llevó por las cimas del placer y el sufrimiento, de la felicidad y la tristeza. Ella vivió todo eso y despertó. Ya no es la misma que solía ser. Prueba de ello son los poemas de "Ofrenda", siempre eufóricos, desaforados, encantadores. Muchos, no todos siempre del mismo vuelo, un poco como le pasa a su bienamado Walt Whitman. Pero siempre como prueba de vida, como testimonio en carne viva, de ese espíritu hermoso que es Graciela. Me hace acordar a la chica de "Fahrenheit 451". Una sorpresa, una revelación, en el gris otoño suarense.

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