Un imán. Un imán que atrae todo el sufrimiento del mundo y también la felicidad. Ahora se ordenó mi cabeza, por fin entendió que no existe el mal absoluto, que no existe el bien absoluto. Soy un niño libre al fin, jugando, haciendo mis cosas. Nunca tuve tantos amigos y amigas. Tantos secretos compartidos. Todos hemos sido abandonados de chicos a nuestra merced, a la ley de la selva. Ahora, llegando a los 40 algo entendí. Y también, por suerte, la vida sigue siendo un misterio.
Si fuera así...
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Si las gotas cayeran hacia arriba
hasta anegar el cielo
Si este otoño inesperado
no estuviera tan fuera de lugar
Si esta lluvia invertida
no lavara...
Hace 1 año.
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