lunes, octubre 10, 2011

1992



1992 fue después del tremendo comienzo de década con Atchung Baby de U2, con el Screamadelica de Primal Scream y Loveless de My Bloody Valentine.
Me acuerdo de la explosión de Juana Molina (en la tele), de una nota que le hice y de algunas cosas más.
Soda Stéreo venía de ganar todo con Canción Animal, seguramente su mejor disco o el más compacto, habían metido 14 Gran Rex y llenado la Avenida 9 de Julio.
Tenía que haber una respuesta argentina a tantos movimientos que pasaban en la música y en el mundo y hubo dos respuestas.
Primero fue Colores Santos, donde Cerati y Melero se divierten como chicos con juguete nuevo (el sampler).
Pero la movida más importante fue Dynamo, extraño y extravagante disco de Soda Stéreo que fue el principio del fin.
Disco maldito, seguramente tiene los peores temas de la carrera de Soda pero también los mejores.
Lo rescato estos días en su versión cassette y esa cruza de guitarras ruidosas y cultura de discoteca sigue sonando a futuro.
Hay un momento en la vida de todo artista donde deja de especular, de hacerse el canchero y pone toda la carne al asador. Este disco ilustra extrañamente, claroscuramente, ese momento en la vida de Cerati.
Sus ecos todavía resuenan en nuestros corazones, que se parece tanto a ese de la tapa.

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