viernes, diciembre 31, 2010

COOL MALAL





La dupla creativa Mercedes Resch- Fernando García Delgado lo volvió a hacer. Esta vez, con una curiosa entrega de premios al mérito donde no faltaron risas y emociones diversas. Un feliz día de los inocentes.





El texto, distribuido por Facebook y vía mail, sonaba importante y misterioso. “El comité de artistas "Clamor Brzeska" creado en el año 1998 con la entidad indisoluble constituida en la ciudad de Buenos Aires, ha decidido unánimemente otorgar las clausulas establecidas y correspondientes en lo formal al proyecto artístico-cultural "Corral de Piedra", a cargo de los artistas Mercedes Resch y Fernando García Delgado, responsables de emprender diversas actividades durante su primer año de trabajo del proyecto en Cura Malal, para llevar a cabo la honorable entrega anual de los Premios al Mérito en su particular espacio "La Tranca" la noche del 28 de diciembre del corriente año. De esta manera, "Corral de Piedra" agradece y acepta este distinguido reconocimiento por parte del comité de artistas "Clamor Brzeska", y por este motivo, para esta primera edición de los Premios al Mérito “Reimuncurá” han sido seleccionados las siguientes personalidades por su actividad, dedicación y desinteresada contribución al desarrollo artístico y cultural en el Distrito de Coronel Suárez y para el pueblo de Cura Malal: Jorge Barker, Marcelo Barneche, Marcelo Beovide, Jorge León Boudou, Christian Broto, Juan Carlos Castillo, Tere Crocce, Oscar Durand, Paula Etcheberry, Fernando Fazzolari, Sonia Gómez, Florencia Lovecchio, Pablo Miravent, Marisa Olariaga, Omar Pecotche, Carolina Rack, Kevin Resch, Mercedes Resch, Mirta Resch, Natividad Resch, Nilda Rosemberg, Adriana Rossetti, Betiana Schenfelt y Verónica Suanno”.


El tesoro de los inocentes:



Muchos, ilusionados por recibir un premio cultural, un reconocimiento al trabajo, nos hicimos presentes el 28 de diciembre a las 20 en Cura Malal, allí, en esa maravillosa casa-centro cultural-almacén de ramos generales que es “La Tranca”. No me intimidó para nada, que justo la entrega coincidiera con el Día de los Inocentes. Tampoco que el Premio consistiera en una piedra. Se sabe, la vanguardia es así, porque la vida es así, como una especie de chiste genial: hoy estás vivo y te hacés problema por todo y mañana estás muerto y olvidate. En ese sentido, ya estamos acostumbrados a las geniales imposturas de estos francotiradores, que están revolucionando la forma de hacer arte desde un pueblito con calles de tierra y menos de 100 habitantes. Así las cosas, todo el mundo recibió feliz su premio, se brindó, se comió y aquí no ha pasado nada. O si, la sensación tal vez de estar jugando un juego maravilloso que tiene que ver con la esencia misma del arte: mirar la vida con inocencia, jugar seriamente como si fuéramos niños, ser felices aunque todo sea una mentira. Así que me fui satisfecho por haber recibido el premio a la Crítica Periodística y también algunos palos por mis críticas a Jorge Glusberg, al parecer amigo de la casa y persona muy influente en el arte argentino. Además, detrás de los textos que se leyeron para presentar cada premio, se adivinaba la mano mefistofélica de Fernando Fazzolari. Y había chicas lindas y todo.
¿Alguien necesita alguna otra explicación?

No hay comentarios.: