miércoles, mayo 05, 2010

CARTA ABIERTA AL GORDO PIAGGIO

¿Qué hacés gordo, como andás? Tantos años que nos vemos y nos damos vuelta la cara, no nos hablamos ni nos saludamos. El otro día leía con una sonrisa en los labios las “Sobremesas en Familia” que escribís sin firmar en el periódico opositor. No puedo evitar recordar las contratapas históricas del gordo Soriano en Página 12 en los 90, “Llamada internacional” se llamaban. Era lo mismo, pero él le pegaba al menemismo mientras vos le pegás a los Moccero y los Kirchner.
¿Qué loco no? Como la vida nos pone a veces en difíciles circunstancias y tenemos que hacer elecciones y a veces parece que algunos no pueden elegir lo que les gustaría y se conforman con pegar desde lejos, resentidos. Porque yo te conozco bien, desde que soy chiquito: vos sos un “zurdito”, un bohemio, como somos Gustavo Moccero y yo. No necesito verte para saber que se te cae un lagrimón cada vez que leés la demagogia querible de Benedetti, de Soriano, de Galeano. Y te voy a confesar que a veces extraño esa época en que éramos todos amigos y compartíamos charlas, asados, pasiones. Porque vos fuiste amigo mío y también de Gustavo. Recuerdo como algo insólito en 2001 cuando nosotros estábamos en “La Opinión” y venías del cierre de tu periódico y te quedabas a charlar, traías noticias, chismes, te divertías con nosotros. No sé qué te pasó con Gustavo, porqué le pegás tanto cuando fue uno de los pocos que hizo algo por la cultura de Suárez. Pero en eso no me meto, arréglense ustedes. De lo que sí puedo hablar es de mi experiencia. No necesito escucharte para darme cuenta que me considerás un traidor por haber estado en aquella campaña de 2003 trabajando para Bilbao y ahora estar del otro lado. Es rara la vida, fijate que a mí me parece que yo siempre fui coherente, pude elegir, a mi me parece que los que se traicionan son ustedes. Es más, diría que no solo se traicionan, sino que se perjudican solos. Claro, todo cambió en 2003 con la aparición del gran Néstor. El dió vuelta el país y alguna gente se pone nerviosa. Pero trajo las banderas históricas que siempre levantó la centro izquierda: juicio y castigo a los criminales, redistribución social de la economía, mayor participación del estado. El se enfrentó como nadie con Clarín, el campo, la Iglesia. Los sectores que siempre salieron privilegiados en todos los gobiernos de todas las épocas. ¿Cómo no estar con los K? Si son lo más grande que le pasó al país desde la vuelta de la democracia. Claro, hay corrupción, excesos, soberbia. Pero el país avanza, crece y por primera vez en la historia tenemos un gobierno que nos representa a los intelectuales, la clase trabajadora, los artistas. Yo no viví con Perón, pero me parece una revolución similar. Y me imagino cuantos sapos te debés tragar vos, como debés sufrir ocupando el rol de opositor a un gobierno que hace lo que siempre soñamos. Que feo debe ser para tu conciencia tener que leer los horrores que reivindica Zimmerman y a través de él, Minich. Es como dormir con el enemigo.
¿Y de Ricardo Moccero que decir?, en aquel 2003 queríamos un cambio y tener la posibilidad de trabajar por la cultura, incluso me acuerdo que vos eras número puesto para ser Director de Cultura si ganaba Bilbao. Todavía lo debés ser, se te nota. Demasiado diría. Pero Moccero ganó como siempre y luego cada cual siguió su camino, pero el de Bilbao yo no lo entiendo, te digo la verdad. No soy su enemigo, me parece un tipo inteligente pero siempre se define por oposición a Moccero. ¿Quién es, que ideología tiene, que propone? Todo lo que veo es que se fija en lo que hace y dice Moccero para proponer lo contrario. Y la gente también ve eso.
Yo estaba en Buenos Aires dedicado a escribir mi novela y un blog y desde allí manifestaba mi asombro por ver las maravillas de los K y también de Moccero. Y cuando se aliaron fue lo máximo. En eso el petiso superó a su propio padre. Sacrificó desde su propia ideología hasta sus amistades del Polo por aliarse con un gobierno “zurdito” pero que le da todo a Coronel Suárez. Pensó en el interés común, antes que en el personal y de sus amigos. ¿Cómo no estar con los Moccero? Si yo escribía gratis desde mi blog y Gustavo Moccero me leyó y me invitó a venirme a trabajar con él. Así de simple. Ahora me pagan por escribir lo que me gusta, lo que pienso y siento. Y siento que estoy siendo parte de la historia grande de la Argentina y de Coronel Suárez. Y a vos y a Bilbao les tocó jugó jugar el rol de malos de la historia, de oponerse a todo porque sí. Yo no sé en concreto que ideología tiene Bilbao, pero sé que vos te debés morir de ganas de ser parte de esta revolución cultural.
Y hablando de cultura, yo desde este periódico oficialista le pegué más a Ricardo Moccero por su falta de políticas culturales que ustedes. Lo que hace que a veces el petiso se engrane y no me de notas ni me salude. Como ven, sigo sosteniendo las mismas banderas. Y hoy tenemos la oportunidad de hacerlas realidad tanto en el país como en nuestra ciudad. Es cierto, hay crispación, peleas. Pero las cosas se están moviendo. Es como la primavera del amor para nosotros los “zurditos”. ¿Qué importa si Ricardo y Néstor son o se hacen los de izquierda? Ellos son los ejecutores, los que concretan los hechos. Por eso los apoya cada vez más gente de las ideologías más insólitas. Este es un proyecto nacional y popular. Y está funcionando.
Pero bueno, algún día Moccero se va a cansar y no se va a postular más como Intendente. Ahí Bilbao va a poder ganar y vos vas a poder ser Director de Cultura. O no.

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