"The Ghost Writer" de Roman Polanski es una joyita de suspense hitcockhiano como bien sabe hacer el polaco, pero también es mucho más que eso.
Es una declaración política, un comentario irónico y acido sobre EEUU e Inglaterra como hace rato que nadie se atrevía a hacer.
Un tema interesante, los escritores fantasmas que escriben libros que no firman, enclavada en un conflicto político reciente como fueron las torturas a prisioneros iraquíes.
Es más que sugestivo que EEUU lo quiere meter en cana por una causa de hace 40 años donde el degeneradito se cogió una menor. De repente, cuando Polanski terminó la película, se acordaron de que tenía una causa pendiente.
Polanski representa como nadie el ideal del artista amoral: pervertido pero también con los huevos para decir lo que nadie se atreve.
Recurso
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Hace mucho tiempo yo tenía un recurso
para escapar de la tristeza
imaginaba una sábana blanca colgada al sol
yo era esa sábana que recibía
el calor y l...
Hace 4 semanas.
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