La fiesta hermosa y melancólica de anoche en Niceto con Adicta, fue el regreso del genio Rudie Martinez para tomar su lugar, recuperar su cetro de estrella del pop rock electrónico.
Y Adicta volvió renovada, refrescada luego de 6 años de ausencia y del trágico final de su cantante Toto.
Para reemplazar semejante ausencia, se turnaron cantando la divina Loló Gasparini y Jero, el violero, un pibe que hace todo bien. Incluso Rudie también interpretó algún tema.
El lleno total de Niceto, con un público diverso, genial, freak, mezcla de anónimos y famosos, habla de la libertad que siempre inspiró Adicta con sus canciones.
Libertad para que seas lo que quieras, lo que ames.
Y también le hizo justicia al Rudie que nunca paró de tirar magia cuando se separaron, ya sea con Maldonado, Audioperú o la RR Orquesta, pero sin tanta repercusión.
Con esa base monolítica, casi heavy metal, que forman Joaco en batería y Diego en bajo y los sintetizadores del Rudie y Alejo, esta música habla también de una libertad creativa sin límite de género, sin prejuicios.
El genio del Rudie volvió a brillar en esas canciones que cerraron el Siglo XX y abrieron el XXI, tal vez demasiado rápido, demasiado avanzadas.
Por eso pienso que ahora Adicta va a recibir la justicia poética que se merece, en cuanto a éxito de público y ventas.
Ya están preparando gira y algunas canciones nuevas.
Nacida de esa explosión nuclear que fue San Martín Vampires, Adicta se hace rápido adictiva, como la libertá.
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