jueves, septiembre 15, 2011

NO ACLARES PORQUE OSCURECE


Verlo ayer al Dalai Lama con Susana Giménez me causó impresiones contrapuestas.
Ojo, lo digo yo que soy un mal budista, un haragán egocéntrico.
Por un lado, la buena impresión, es que alguien tan chato como Susana lo llame su Santidad y lo trate con una devoción superior a la que mostraría con el Papa mismo. Una a favor.
La otra tiene que ver con cierto debate que hay siempre en torno a la verdad, filosófica, artística, mística o lo que fuere.
Son malos los extremos, me parece malo un budista que se encierra en un templo y no habla con nadie, se guarda toda la verdad para el solo.
Pero esa continua sobrexposición del Dalai, yendo por todo el mundo, explicando el budismo como para que lo entienda cualquiera, con las previsibles confusiones y simplificaciones que ello acarrea, me parece demasiado banal.
Sin ir más lejos, mi sensei dice cosas mucho más copadas y no por eso anda exhibiéndose por todo el mundo como una autoridad, hablando en términos casi infantiles. No se si es tan bueno dar el conocimiento tan regalado a gente que no le interesa. Si ya se, que la compasión y todo eso.
Pero a nadie le está vedado el acceso a la verdad, solo que me parece mejor que la busque y la encuentre cada cual por si mismo.
Digo yo, que soy nada al lado del Dalai Lama.

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