Me pasé estos últimos dos años tratando de demostrar que podía ser "normal", aun sabiendo que no existe la normalidad. Me tocó entreverarme con gente que está mucho más loca que yo, gente a la que no le importa cagarse en todo. Pero también, obviamente, conocí gente hermosa, con códigos, que lleva una vida plena y feliz.
Más allá de pírricos triunfos profesionales, logré lo que quería. Y una vez logrado, no es copado. Pero lo conseguí: me propuse objetivos y los conseguí todos.
Ahora viene lo esencial: hacer lo que se debe hacer.
Ya dejar de fingir y ser simplemente quien soy. Y acercarme a la gente que me hace bien y alejarme de la gente que me hace mal.
Lo que aprendí entonces, es que el zen no es una pose, un discurso. Es lo único real que tengo y todo lo demás es un juego.
Versos tachados
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No todos los versos tachados
hablaban de vos
algunos buscaban sentido
creyendo saber lo que ha sido
morder el dolor
como si beber un vaso de arena
pu...
Hace 4 semanas.
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