lunes, septiembre 06, 2010

TRATANDO DE ENTENDER A BORGES

Sigo con mi misión sagradamente impuesta: leer todo Borges. O intentar al menos y de ahí quedarme con lo que me gusta. De sorpresa en sorpresa, ahora estoy por "Historia de la Eternidad" que pensé que era un libro de ficción, pero es más bien ensayístico-filosófico de alto vuelo. Digo más bien porque Borges se divierte tensando los límites entre los géneros, sus cuentos son como ensayos, sus ensayos son como cuentos. Lo único flojo, la única mancha de tuco son sus poemas, que sin ser malos, no están a la altura de su abrumadora obra de prosa.
Ahora entiendo y justifico el fervor de algunas figuritas de nuestra cultura, como Piglia y Pauls. Tanto amor por Borges, tanto amor por Borges, no entendía porqué, pensé que era por Graciela Borges. Claro, yo había leído la parte más obvia, más boluda del tipo, de estos libros que estoy descubriendo ahora, ni noticias.
Y pienso que mal se vendió el maestro, que mal eligió a la gente que lo representa, que rollo tenía con las minas y con los militares. Claro, lo amamos a pesar de eso, es como una condición sine qua non de un genio ser un excéntrico bastante ridículo como persona.
Porque uno lee justamente su particular manera de leer no solo la ficción, sino también la filosofía, la historia, la religión y se cae de culo. Es tan brillante y misteriosa su obra que en definitiva ni el mismo debía tener en claro que pensaba del mundo, sus comentarios y prólogos son obras maestras que también deberían figurar entre sus mejores páginas.
Porque aparte, que me perdone María Kodama, pero el Borges que ella comprende es un bobalicón tristonio y obtuso. Nada que ver con el que se adivina detrás de sus más brillantes textos. Un tipo con un sentido del humor extraordinario aunque algo influenciable a historias con minas de las que se enamoraba y después no se animaba a coger. Un bicho raro. También el tema de hablar bien de Videla y Pinochet y no ganar el Nobel por jetonear.
Raro un tipo que leía tan bien la letra escrita, era débil frente a la realidad, lo superaba y luego de grande se queda ciego, como un chiste feroz.
Pero primero lo primero: admitir que tenía un intelecto superior, que nos excede a todos o al 99%.
Creo que este es un buen punto de partida.

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