Estar en Buenos Aires con más de 30 grados todos los días implica visitar todo el tiempo sus bares con aire acondicionado o al menos una mesita en la vereda para respirar.
Algo que extrañaba y me acabo de dar cuenta ahora que me voy, es la tradicional mala onda de los mozos de barrio, que la corrección política del auge del turismo internacional y las luces del centro no han logrado modificar en barrios que frecuento, como San Cristóbal y Monserrat.
Para el que no está acostumbrado puede ser muy hiriente que el mosaico ni nos mire, para el experimentado tiene un sabor especial esa tradicional mala leche aumentada por el calor.
El típico lugar que ningún turista debería dejar de visitar es el bar "La Giralda" sobre Corrientes, donde mosaicos bien gallegos y brutos nos ningunean y mientras nos da ganas de escupirlos, te cobran cualquier cosa por un café, sin factura ni ticket.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 17 horas.
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