Vuelvo a escuchar "Amor Amarillo", editado en 1993, primer disco solista de Gustavo Cerati, mientras comenzaba a separar a Soda Stéreo y esperaba el nacimiento de su hijo Benito.
Embelesamiento, arrobamiento, el amor carnal que lo lleva al amor universal, todo identificado con el color amarillo.
"Lisa" brilla desde el fondo del mar y unos años después se convertiría en su segunda hija.
"Pulsar" fusiona como nadie rock y electrónica.
También está el cover de "Bajan" primero de sus variados homenajes a su amado Luis Alberto Spinetta.
Siempre hubo una comparación entre este disco de Cerati y aquel de Spinetta, "Artaud", que es considerado por muchos el mejor disco de la historia del rock nacional.
Para aumentar la leyenda, también hay un tema escondido al final: "Torteval", que en algunas ediciones aparece y en otras no. Allí Gus se divierte funkeando de lo lindo.
Mirando en retrospectiva, es tremenda la secuencia de discos: Canción Animal (1990), Colores Santos y Dynamo (1992) y Amor Amarillo (1993).
Una obra maestra detrás de otra.
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