El acuerdo que están por firmar Argentina y China para instalar granjas porcinas en nuestro país es un paso más hacia el abismo ambiental. Con la siempre buena excusa de dar trabajo el gobierno argentino instala en nuestro territorio potenciales fábricas de virus y de contaminación ambiental.
No es ser alarmista al pedo: estamos destruyendo al Planeta Tierra y nadie se hace cargo aunque todos los días tenemos pruebas de lo que está pasando.
Así, los veganos, que antes me parecían una secta de fanáticos, aparecen como una de las pocas opciones posibles para evitar el caos. Dejar de comer animales como una opción compasiva y religiosa y también para salvar a nuestro planeta. Tienen una coherencia absoluta, más allá de que suenan a terroristas en el país del asado.
Pero los polos se derriten, el agua sube, la contaminación de las fábricas y demás destruye la atmosfera y nada, nadie hace nada.
¿Hay una pandemia mundial salida de China y nosotros vamos a traer la próxima pandemia a la Argentina?
Horrible todo.
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