viernes, enero 04, 2019

LOS HOFFMANN





Instalado en mi nunca bien ponderado Coronel Suárez para unas vacaciones bien gasoleras, macristas, esta noche tengo el asado despedida del Gabi Hoffmann.
Aparte del famoso escritor y del famoso creador del LSD, el apellido Hoffmann es bastante común acá, debido a las 3 Colonias de Alemanes del Volga.
Santa Trinidad (Colonia 1), San José (Colonia 2) y Santa María (Colonia 3).
Una historia muy rara la de esta gente, primero fueron expulsados de Alemania y recayeron en Rusia, luego también los expulsaron de Rusia y cayeron acá, en el culo del mundo.
Por lo demás, tienen la data genética de los alemanes típicos.
Mientras en Buenos Aires tienen alta cotización las rubias con ojos celestes por su escasez, acá siempre abundaron, siempre fueron parte del paisaje suarense.
Y tradicionalmente el suarense medio siempre se burló de los alemanes del volga, una curiosa discriminación al revés a la raza aria (tal vez por ser alemanes de segunda categoría), se los llama rusos despectivamente y se hacen chistes como si fueran una especie de gallegos brutos que arrastran la erre con un acento particular.
Pero el tiempo y el crecimiento de la ciudad terminó mezclando todo: los pueblos, las razas, la sangre, las costumbres. La Colonia 1 y la 2 ya se unieron prácticamente a la ciudad y serían algo así como el Gran Coronel Suárez.
Solo la Colonia 3 resiste solitaria, a unos 15 kilómetros, defendiendo el idioma y las costumbres incontaminadas, muy cerca de donde vive un admirador famoso del Fuhrer: Ricardo Iorio.
Iorio vive solo como loco malo en un paraje solitario al que hay que llegar internándose a campo traviesa por un camino de tierra.
Pero volviendo a los Hoffmann, el más famoso sin duda es el Negrito Hoffmann, más conocido como Sergio Denis, un muchacho muy querido que un día partió con su banda de amigos a triunfar en la Capital. Una vez allí, un productor astuto y malo lo tentó y le dijo: la banda no va, ahora sos solista y te llamás Sergio Denis. El aceptó y el resto es historia conocida. La mayoría de sus amigos, se volvió al pueblo sintiéndose traicionados y como muchos, no perdonaron al Negrito.
Las cosas de la vida hicieron que conociera a Fede Hoffmann su hijo, un rockero under porteño y que lo contactara con el Gabi, porque existe un parentesco real, aunque lejano.
Pero Fede no se portó bien ni conmigo ni con el Gabi, se construyó un personaje oscuro y maldito, de poeta melancólico del rock, tal vez para diferenciarse del pop comercial y light de su padre.
El Gabi (le digo asi para diferenciarlo de Gaby Hoffmann, una actriz yanqui) en cambio es una mezcla fascinante de músico trashumante con místico a la violeta. De personaje de Kerouac con música de Manu Chao.
Hace 10 años que recorre las rutas de Sudamérica Conlopuesto, su proyecto musical, su guitarra y su mochila y nada más. Toca por la comida y el alojamiento y sigue viaje por los caminos de la vida.
Este año que pasó, milagrosamente, se quedó en Suárez enamorado de una chica que lo atrapó y estuvo agitando el pueblo, que, como todo, lo considera un personaje marginal, un loquito. Solo unos pocos vemos la complejidad y riqueza de su vida y obra.
Hijo menor de Cartuncho, hermano de un campeón argentino de kayak y del cardiólogo de Macri, salió artista y vago, la oveja negra de la familia, como corresponde.
La chica, influida por su familia, lo terminó abandonando: se sabe, no se puede confiar en una persona libre.
Así que esta noche se festeja fuerte y la semana que viene el Gabi parte de nuevo en gira mágica y misteriosa.
On the Road.


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