martes, julio 15, 2014

MESSI SOY YO, MESSI SOMOS TODOS



Se terminó un gran Mundial, de mucho y vistoso juego y también de mucha suerte para la Argentina. Una Argentina que empezó pareciendo como que era temible en ataque y floja en defensa y terminó exactamente al revés. Otra paradoja es como los alemanes, antes brutos y corredores, terminaron siendo los cultores del jogo bonito, de la habilidad individual y nosotros terminamos jugando a la europea, pura garra y correr toda la cancha. Y en eso sentido, ganó el mejor, el que correspondía. Nada para discutir.
Fue un gran Mundial igual para la Argentina, ya que cuando desaparecía Messi estaban Di María, Mascherano, Perez, Lavezzi, Rojo para auxiliar al equipo.
Y Messi desapareció bastante lamentablemente, sobre todo en los partidos finales, los definitorios, en ese sentido Maradona debe estar satisfecho internamente, ya que la leyenda del Salvador sigue siendo de el, el que se pone el equipo al hombro y lo lleva a la victoria sigue siendo el mito maradoniano por excelencia.
Todavía le queda un Mundial a Messi para ganar, el del 2018, pero ahí va a tener 31 años y si no corre ahora, no se que va a hacer dentro de 4 años.
Su paso indolente, desorientado por la cancha, da una imagen que se parece mucho a la mía, la tuya, la de todos los argentinos y es una lección de la que tenemos que aprender. Eso de ser geniales pero errar cuando hay que demostrar, de no mostrar cuando corresponde y optar por la más fácil mientras los otros se están sacrificando por el equipo.
Es un jugador extraordinario Messi, que duda cabe, pero por eso se le piden cosas extraordinarias. Y en eso falló, no nos falló a nosotros, fundamentalmente se falló a si mismo, a su propia trayectoria que soñábamos podía emular a la de Diego.
En ese sentido, el premio al mejor jugador del Mundial que le dieron sonó a premio consuelo y a ironía suprema.
Una lástima. Una derrota que nos tiene que servir a todos para salir a comernos la cancha ya, ahora, siempre.

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