La realidad real es muy compleja. Pasan los años, se pierden las personas. Engordamos, se caen algunos pelos. Por eso uno tiende a darle importancia a los pequeños detalles de la vida, como siempre dice Criollitas.
Bahía Blanca se va convirtiendo en un reducto amigable y querible. Están allí los Osorio, está Arturito Jovell y hay otros que vienen y van.
Lugar intermedio entre la metrópolis y el pueblo, con su medio millón de habitantes Bahía está a doscientos kilómetros de Suárez y tiene su movida cultural, educativa y deportiva.
Allí nació Ginóbili y también nació mi amigo el "Chino" Lorelli. El domingo estuve de torneo por allá y me lo encontré al maestro después de unos 10 años, casado y con dos hijos.
Voy a cumplir 38 y algunas cosas me emocionan por suerte, no como antes. Encontrarte con alguien con quien compartiste una vida y anécdotas. Muchos se perdieron en el camino. Otros siguen firmes a la distancia.
Y decía que cada vez me gusta más Bahía como segunda opción para cuando uno se aburre de Suárez, a falta de Baires, en hora y media de viaje en auto, allí encontramos un extraño mejunje de estudiantes, militares, artistas y ajedrecistas.
Psicodelia del Sudoeste Bonaerense.
I'll be back.
Si fuera así...
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Si las gotas cayeran hacia arriba
hasta anegar el cielo
Si este otoño inesperado
no estuviera tan fuera de lugar
Si esta lluvia invertida
no lavara...
Hace 1 año.
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