viernes, junio 16, 2006

Eso que no se sabe nombrar

Los momentos de belleza que proporciona el fútbol ( como en el partido de hoy de Argentina ante Serbia y Montenegro ) no los proporciona ningún otro deporte.
Surge, aparte de las tácticas de los entrenadores, de lo imprevisible de las individualidades que están por encima de cualquier esquema. Y más cuando los grandes talentos se encuentran. Dante Panzeri llamó a esto dinámica de lo impensado. Yo no sabría como nombrarlo.
Es la misma emoción que sentimos desde la primera vez que jugamos un partido, que metimos un gol. Es el placer estético que se siente al ver el ballet espontáneo de 11 contra 11.
Tiene el poder de hechizar al mundo entero, y se parece mucho a la felicidad.

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