domingo, junio 04, 2006

CONFESIONES DE UN BAGAYERO

Un bagayero que solia tratar allí por el campo, había clasificado a sus mujeres en dos grandes grupos. Por supuesto que esto excluía a las chicas bien, hablamos de trampa pura.
El primer grupo era las gorditas, simpáticas, de si fácil, aquellas que todas hemos tratado en algún momento, las nunca bien ponderadas chichis.
Pero había una categoría más baja, innombrable, que hasta él solía ocultar y que designaba con el terrible nombre de chichi de las tinieblas...

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