martes, diciembre 12, 2023

TAOÍSMO Y DIVAGUES

Estoy releyendo un libro de Osho sobre las enseñanzas del sabio taoísta Chuang Tzu.

Osho explica que Chuang Tzu postula la comprensión y escribe bellos poemas para provocarla. O sea, ni siquiera enseña a meditar. Los taoístas ni siquiera creen en meditar. Y postulan el no hacer.

Pero por otro lado, recuerdo, existe algún tipo de relación entre el Taoísmo y el Tai Chi.

Hace varios años, cuanto todavía andaba en la búsqueda y no había encontrado las revelaciones de Osho, practiqué Tai Chi, mal, sin entenderlo, hoy lo volvería a hacer mucho más seguro y esclarecido.

Es una muy interesante meditación en movimiento, el Taichi.

El sensei dibuja formas con su cuerpo y los discípulos tienen que imitarlo.

Eso los ayuda a estar atentos, despiertos, alertas, en el aquí y ahora.

El hombre esclarecido llega así, tarde o temprano, a la iluminación.

Eso es mucho más práctico y real que dar instrucciones o mandamientos, que a todos nos entran por un oído y nos salen por el otro.

El hombre que llega a un estado de pureza espiritual ya no puede actuar mal: es ético, es moral. Vive en un estado de amor universal.

Porque está despierto.

Incluso recordaba que las artes marciales persiguen ese mismo objetivo de ser meditaciones en movimiento. No son para cagarse a palos, son para encontrar el eje, el estado de paz.

En algún lugar leí que el monje Bodhidarma inventó el Kung Fu imitando movimientos de animales para distenderse de las horas y días que pasaba sentado en posición de loto, meditando al estilo Soto Zen.





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