Un budista le preguntó una vez a Bankei de que se trataba el Zen.
Bankei fue un famoso sensei, maestro zen iluminado de Japón.
Bankei simplemente respondió: "Cuando tengo hambre como, cuando tengo sueño duermo".
Esa clásica impostura que aparece en el Zen es brillante, parece que está diciendo una boludez, una perogrullada, pero es pura sabiduría
En lugar de salir con una frase religiosa pretenciosa, Bankei resume todo en una frase simple, pero no fácil.
Claro, son muy pocos los que comen cuando tienen hambre y duermen cuando tienen sueño.
Son los que llegaron, los iluminados.
El 99, 9 restante estamos alienados, entonces comemos sin hambre, no dormimos, somos un despelote.
Toda esta sabiduría de la comprensión, de ser uno con la naturaleza, la toma el Zen del Taoísmo.
El Zen fusiona las enseñanzas taoístas con la meditación budista.
Lo mejor de ambas religiones. Una fusión poderosa y perfecta.
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