viernes, septiembre 20, 2019

A FAVOR Y EN CONTRA DE MIRANDA!





Yo fui testigo: vi nacer el fenómeno Miranda de las ruinas de 2001 en un oscuro sótano que queda cerca de Santa Fe y la 9 de Julio.
Eran la gran esperanza blanca del pop, la banda destinada a suplantar a Soda.
Pero no, a mitad de camino hubo cambio de planes.
Los volví a ver hace un par de años en Coronel Suárez en el Acercarte y hace un rato, en el Shopping del Abasto.
La dupla creativa y cantante de Juliana Gattas y Ale Sergi, se adueñó de la marca y fue echando uno por uno a toda la banda de amigos: Lolo, Monoto, Bruno, etc.
¿Traición, cinismo o simplemente la necesidad pop de identificarse con sus amados  Pimpinela?
¿Que sentido tendría el concepto de banda de rock en la posmodernidad?
Porque Gattas y Sergi tienen mucho más vuelo y cultura que los hermanos Galán, entienden la música y el arte contemporáneo, no solo el ámbito pop.
Pero los Pimpinela con su bizarrada sonaron en todo el mundo y la levantaron con pala.
¿Y Miranda en definitiva a que llegó, en que se convirtió?
En una especie de dispositivo adictivo, no se entiende si retro o vanguardista, un fenómeno masivo y a la vez de culto, que no suena mucho más allá de Sudamérica.
Un karaoke de luxe, que canta sobre pistas pero pone un trío atrás que está dibujado, como en un programa berreta de tele de los años setenta.
Los guiños se multiplican, pero a la vez con culpa, algo sintomático de nuestra generación, la generación x.
Como si triunfar y ser masivos diera verguenza, preferimos el nicho, lo alternativo.
Igual los Miranda le encontraron la vuelta a su crossover que te ametralla con hits y que puede sonar tanto en Suárez, en el Abasto, en una fiesta de casamiento o en un festival de rock.
Los odio un poco pero no puedo dejar de mover el piecito marcando el ritmo.
Están las grandes canciones y los grandes videos, la puesta en escena, la performance, el kitsch y la inteligencia para dosificar.
No más de 40 minutos de show.
Más cansa y empalaga.
Pero así está perfecto: el azúcar, las harinas, la cocaína en su justa medida.
Its only tecno pop, but I like it.


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