jueves, noviembre 22, 2018

MALA, BIZARRA E INOLVIDABLE






El entrañable videoclus de Avenida Entre Ríos es una caja de sorpresas. Allí uno puede encontrar las mejores películas de todos los tiempos. Y también las peores.
¿Que decir de Mala, película del talentoso director y guionista de cine y televisión Adrián Israel Caetano?
Estrenada en 2013, la película pasó como una exhalación por los cines, ante el silencio piadoso de crítica y público.
Caetano, un tipo que maneja muy bien el cine de género, sobre todo el policial, parece que tenía ganas de hacer algo diferente.
Para ello convocó una constelación de bellezas, que, confiadas en el prestigio del cineasta, se entregaron alegremente a hacer cualquiera.
A priori parecería que el título Mala presupone una ironía autoconsciente, de película de asesina vengadora feminazi, pero la verdad es que la película en ningún momento es divertida o inteligente, es bastante torpe y bizarra. Es como si Caetano se hubiera encerrado a escribir el guión un fin de semana fumando paco y tomando litros de Fernando.
Todo comienza con una escena horrible en donde Brenda Gandini está mirando como un hombre hamaca a su hijo y de repente, lo ahorca con la hamaca misma.
De allí saltamos a una mujer que contrata a una asesina para matar a su marido, la asesina en cuestión resulta ser Liz Solari, que uno supone dificultosamente ( porque nada es claro) que es Brenda Gandini transfigurada. En una escena imposible, Liz mata al hombre y a los policías que lo custodian y luego se transforma en Florencia Raggi.
Y no van ni 15 minutos de película.
La fibrosa y sexy Florencia será la que interpretará más tiempo al personaje mutante y le pondrá el cuerpo y un entusiasmo digno de mejor causa.
La película es una suma permanente de desvaríos y delirios, una mancha de tuco en la impecable carrera de Caetano.
Dentro del naufragio generalizado, salen a flote Rafael Ferro y Ana Celentano, los personajes más interesantes.
También está Juana Viale, que como siempre actúa mal en todos sus personajes, acá acierta bastante con el tono general de la película.
Hay varias escenas antológicas, inolvidables. En una totalmente gratuita, aparece Florencia Raggi desnuda duchándose. Pero luego, cuando viene la típica escena berreta de masturbación femenina, Florencia se masturba tirada en la cama ¡con la ropa puesta!
Para el final, el personaje vuelve a mutar en Brenda Gandini, quien lucha a muerte con Ana Celentano y luego, toda ensangrentada y desfalleciente, se lo monta a Rafael Ferro y se lo garcha hasta matarlo.
En fin.
Una experiencia única.
No se la pierdan.

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