Me imagino a Pablo Trapero viendo "Desearás al hombre de tu hermana" y diciendo: yo también quiero hacer una película así.
De hecho, le roba descaradamente a la película de Diego Kaplan el esquema de madre poderosa y loca (inmensa Graciela Borges) y dos hermanas simbióticas que se roban los hombres.
Trapero explota muy bien el morbo (no tan disparatado) que uno tiene con respecto a los terratenientes, abogados y relacionados con la dictadura militar. La idea de que las minas ricas son todas putas y de que toda riqueza oculta un crimen.
La película está filmada suntuosamente, como un sueño o una pesadilla, citando los universos fílmicos de Bergman y el absurdo de Buñuel.
Pero también tiene momentos demasiado bizarros, donde se acerca a una telenovela y banaliza temas como el de los desaparecidos.
Por lo demás, es la película más fresca, libre y graciosa de Trapero, que acá se aleja de la inicial influencia de Leonardo Favio, para acercarse a la siempre ominosa sombra de Armando Bo.
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