domingo, febrero 08, 2015

EL AJEDREZ SUARENSE Y LOS VENDEDORES DE HUMO

Hace más de 30 años que voy al Círculo de Ajedrez Coronel Suárez, una institución milagrosa con un hermoso local céntrico propio, de mucho valor por cierto (ya volveré sobre esto).
Algo conozco de su historia y de las viscisitudes por las cuales pasó. Son muchas y exceden claramente el motivo de esta nota.
Después de muchos años de inactividad, en las dos ultimas comisiones directivas participé tratando de ayudar a levantar al Círculo. No lo logramos. No estuvimos a la altura de las circunstancias, ni mucho menos a la altura de nuestros geniales precursores. Somos 4 gatos locos y nunca nos pudimos poner de acuerdo en nada.
Pero también existieron factores externos que conspiraron para que fracasáramos. Hablo de la movida que desde hace muchos años organiza la Secretaría de Deportes Municipal, que creó su propia Escuela de Ajedrez compitiendo directamente con el Círculo y con muchos más recursos obviamente. Así fueron agarrando a los pibes desde las clases en las escuelas primarias y llevándoselos, alejándolos del Círculo.
El que está a cargo de todo es Pablo Amoroso, un porteño que cayó de paracaidista hace algunos años en Suárez, que apenas sabe mover las piezas, pero vio el filón y se puso a dar clases, como si yo me pongo a dar clases de padel. No sabrá mucho de ajedrez pero de vender humo y de relaciones públicas sabe mucho. A el lo pusimos hace unos años de Presidente del Círculo, hizo y deshizo a gusto y se fue debiendo quedarse. Luego, un día volvió para ofrecerle un trato al Círculo, para que el Municipio se apropiara del edificio y lo explotara por 20 años.
Ahí está la madre del borrego: siempre se quisieron quedar con la propiedad y lo van a lograr tarde o temprano. Más hoy en día que todos renunciamos a la última comisión directiva y el Círculo está a la deriva, descabezado.Lo sigue abriendo el conserje a la noche, pero no se entiende en representación de quien.
Les salió perfecta la jugada populista/mafiosa.
Para cerrar el chiste, me ofrecieron trabajar como profesor de ajedrez en la Escuela Municipal, o sea a las órdenes de Amoroso, por el pancho y la coca. Obviamente dije que no.
Todo el prestigio de la Escuela Municipal se basa en los éxitos de Juampi Amoroso, el hijo de Pablo, un buen pibe que juega mas o menos bien. Como pasó en su época con Jorge Paz o conmigo mismo,  Juampi logra buenos triunfos a nivel zonal pero no se mide en los torneos nacionales o provinciales individuales. En las buenas épocas, Paz y luego yo jugábamos esos torneos compitiendo con los mejores del país y la provincia y mal no nos iba, siempre estábamos entre los diez primeros.
Pero en este caso el vende humo de Amoroso padre no manda a su hijo a los torneos individuales. En cambio, consigue colocarlo en el equipo de la Provincia de Buenos Aires, donde va de suplente, y luego cuando el equipo gana el torneo argentino, dicen que Juampi salió campeón argentino.
Kirchnerismo puro.

No hay comentarios.: