jueves, diciembre 29, 2011

INFIERNO Y PARAISO EN CORONEL SUAREZ


Si, como quieren el Budismo y otras disciplinas, el infierno y el paraíso están aquí en la Tierra, dentro tuyo, entonces tenemos que convenir que la gente de La Tranca de Cura Malal y amigos son seres angelicales, que transmiten lo que son.
No pondré el énfasis en hablar del esfuerzo físico y económico nunca retribuido que realizan para festejar simplemente la vida, con la excusa del arte. Como en esta ocasión, una entrega de premios al mérito, que se hace el Día de los Santos Inocentes.La segunda edición de los Premios Reimuncurá, que superó ampliamente a la primera.
Hablaré si de la genial y mefistofélica presencia de Fernando Fazzolari, de la familia Cimarosti, de Adriana Rosetti,de cortar la calle de tierra y poner las mesas al aire libre, como en esos bailes a los que nunca fui, como en la mejor película no realizada de Leonardo Favio.
Reiteraré algo que ya he dicho por aquí: Suárez, en este caso Cura Malal, tiene cosas horribles, infiernos públicos y privados, pero su elite artística y cultural supera con sus gestos populares y vanguardistas a la vez, a cualquier puta elite de Buenos Aires, París o Nueva York. Solo que el resto del mundo no se entera.
Mucho tiene que ver en esto mi querido amigo Fernando García Delgado, quien parece haber encontrado en La Tranca de Cura Malal, su lugar en el mundo, mucho más incluso que en La Barraca Vorticista de Monserrat.
Y que decir de la siempre reluciente musa pampeana, Mercedes Resch, siempre la sonrisa como gesto de vida.
Y el arte y la vida como un chiste, y un evento gracioso y el chiste supremo de la transmisión satelital.
Sinceramente: nunca había visto algo así.

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