martes, noviembre 30, 2010

¡FAZZOLARI QUERIDO!



Provocador en los márgenes, siempre con la ironía en la punta de la lengua y el faso en la boca, Fernando Fazzolari es un artista excepcional que eligió un lugar excepcional para ser visto. O para no ser visto.



Mercedes Resch y Fernando García Delgado han elegido hacer su propia revolución cultural desde un lugar que tiene menos de 100 habitantes y que no está asfaltado. Al principio esa provocación me cayó mal. Me pareció un despropósito. Pero de a poco, los voy revalorizando, casi queriendo. Es que la utopía demencial de poner una galería de arte, un centro cultural en Cura Malal cada vez cobra más sentido, como chiste, como desafío a lo instituido ¿Como comentario, tal vez, sobre nuestra realidad cultural?


Fernando Fazzolari, a la retaguardia de la vanguardia:



Fazzolari fuma. Fuma y espera. No se sabe que, pero parece pasarla muy bien. Ya los anticipos de su exposición en un medio como “Ámbito Financiero” movían a ironía suprema. Una nota escrita por el ex Director del Museo Nacional de Bellas Artes, Jorge Glusberg, saludaba la iniciativa de la exposición de Fazzolari en “La Tranca” de Cura Malal. La terrible irrealidad de una nota cultural en un medio neoliberal, derechoso, de un artista que viene al pueblo, firmado por otro excéntrico y polémico experto en arte ya me cayó bien. Me dije: no me lo puedo perder. Es todo como un gran chiste, digo, la vida, el arte, Fazzolari, Glusberg. Que te recomiende un ex funcionario del menemato acusado de mil atorranteadas, ya es un chiste. De los buenos. Es como que recomiende tu libro Jorge Asís. Son estos, personajes de la más acérrima y bizarra cepa ultramenemista. Pero, ojo, yo no discutiría la sapiencia de Glusberg, como no discutiría el talento de Asís. Una cosa es el personaje, otra el artista.
Así las cosas, llego en un viaje algo insólito hasta Cura Malal y Fazzolari se ríe y me interroga. Tiene todo un problema por saber a que multimedios pertenecemos, a quien le compramos el papel. Después denuncia tener una relación clandestina con Fernando García Delgado. Empezamos bien.


¿Estos cuadros exponen paisajes de Cura Malal?


Si, con alguna transformación personal, pero si. ¿Querés que hable en serio? Venir a trabajar sobre el paisaje, sobre un lugar, estar al lado de Fernando y Mercedes en este programa que están haciendo me parece un dislate maravilloso, un acto de amor imposible. ¿Vos donde te pondrías a hacer una especie de centro cultural, en el lugar donde tenés mayor concentración de gente? No, acá. A mi me parece maravilloso que Cura Malal tenga 94 almas y esto esté sucediendo acá y que sea objeto de la atracción y la mirada de los otros. ¿Cómo se puede armar un proyecto de esta naturaleza sin nada? Sin apoyo, con un esfuerzo personal enorme, para construir, para convocar. Han llamado a 50 artistas para escribir un libro, lo que se hizo con la muestra de arte-correo es una joya, entonces creo que es para festejar esta capacidad de convocatoria y de amor por un producto que es artístico pero que no tiene relación con el mercado. Es una relación de vínculo, de placer donde los artistas están funcionando como alguien más de la comunidad y eso me parece genial frente a todo el caretaje que tenés por todos lados, esto me parece casi un acto de pureza.


¿Y como es tu relación con el mercado del arte en Buenos Aires?


Hablar de mercado del arte es hablar de una inexistencia. Vos sos escritor, sabés perfectamente como funciona esto, con buena suerte vas a conseguir un editor que te pague 5 lucas por un libro y después chau o si no caer en la perspectiva de pagar tu libro, repartirlo entre los amigos y quedarte con el resto de la edición en el placard. No jodamos. El arte está en la derivada décima de cualquier pensamiento político de estos momentos, no forma parte del interés de la dirigencia. De ninguna, no es un problema ni de un partido ni de una ideología. Pero yo también soy periodista como vos, hacía un diario literario que se llamaba “El surmenage de la muerta”, ahí son artistas hablando de cuestiones sociales, hay una página en Internet. Con lo social no me refiero solamente a la pobreza, la economía, la cultura, la salud también son temas sociales.



¿Y para parar la olla que hacés, trabajás en algo relacionado al arte?


No, nunca quise, trabajo en ingeniería para que lo tengas más claro. Soy economista, ¿para que vas a estar colgado de esa cosa mendicante que muchas veces tiene el arte? Más allá de que tengo una carrera artística hasta envidiable, el trabajo más lindo es el que hice conmigo mismo en la capacidad de pensar cosas, siempre. En 1973 dejé de pintar porque, entre otras cosas, había todo un proceso político al cual había que atender y después tuve un paréntesis obligatorio del 76 al 83 en donde tuve que hacer otras cosas. Porque además también tenía una relación política comprometida, me tuve que tomar unas vacaciones por un tiempo y también probé de vivir en varias casas, era lindo mudarse. Y al final volví a pintar.


¿Conocés Suárez?



Estuve en el acto de homenaje a Kirchner, me pareció excepcional ver las calles de Suárez surcadas por las banderas del Movimiento Evita, de la UOCRA, los chicos de camioneros, había algunos patovicas pero me pareció maravilloso como se portaron, tirando cohetes, eso fue parte del surrealismo.

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